viernes, 26 de agosto de 2011

Lecturas del verano 2011 (1): la última incursion de Frank Schatzing en la Ciencia Ficción


 El quinto día, su primera entrada en el género (creo) me pareció una excelente novela de ciencia ficción que discurría por cauces poco o nada trillados, a pesar de su extensión. http://yporquenounblog.blogspot.com/2009/01/el-quinto-da-noticias-desde-un-universo.html
Apenas pasada su lectura abrí algún libro de su “especialidad” (novela detectivesca, de acción) pero enseguida decidí dejarlo no fuera a amargarme el buen sabor de boca con que me despedí de él. Otra cosa es que su última novela (Límite) de nuevo va de ciencia ficción.

Sinceramente creo que la retribución por páginas o palabras que suele ser habitual en un autor más o menos consagrado perjudica más que beneficia a la literatura en general y a la lectura por diversión en especial. Ya se notaba, creo, en su otra obra comentada en la entrada dedicada, redactada al calor del éxito de El quinto día. Bien, si alguien busca pruebas aquí las tiene: aunque no puedo afirmar si se ha pagado al autor por páginas o palabras, lo cierto es que Límite, la novela que ahora se presenta es un tocho de 1734 páginas, aún más que las míl de El quinto día con muchas, muchísimas, demasiadas páginas inútiles que solo sirven supuestamente para retribuir al autor, porque apenas se les puede reconocer alguna utilidad mas. La principal consecuencia es que el sufrido lector lo deja más pronto que tarde, así que enhorabuena a quienes no lo hayan comprado o a quienes como yo lo hayan descargado en versión electrónica como quien dice “por la patilla” porque lo único que habrán perdido es el tiempo empleado. Y pobres de quienes lo hayan comprado porque además de haber gastado una cantidad importante de dinero (la friolera de 30 €), tienen un ladrillo de tamaño considerable en su biblioteca. Y eso que la novela maneja algunos temas de enjundia tanto en el ámbito de la ciencia ficción como en la literatura social de anticipación: la crisis energética, el ascensor espacial , las megalópolis del futuro, etc. Y eso que los lectores de ciencia ficción somos de los que más nos dejamos pescar por los autores; y eso que en algunos tramos podría resultar entretenida, en especial cuando el detective de turno interviene alrededor de algunos asuntos (no en todos ni siempre); y eso que su contenido toca de pasada temas de interés como el ascenso de China como potencia hegemónica mundial, algunos episodios casi silenciados de Guinea Ecuatorial, o alguna que otra cita a Repsol, pero ni así ha conseguido engancharme. Encima la sensación de escasa o nula credibilidad no me ha abandonado a lo largo de su lectura pese a contar a su favor con un discurso muy cercano temporalmente al aquí y ahora y contar como si fueran batallitas del abuelo cosas que estamos pasando hoy en día. En definitiva la he terminado por oficio más que por diversión y no sé si volveré al autor...
Nota: se puede sustituir buena parte del bagaje científico de la novela por los siguientes enlaces que resultan más amenos, baratos e interesantes:





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