miércoles, 26 de noviembre de 2008

La Defensa del Clot



Reproduzco a continuación la presentación escrita que redacté en las Jornadas de reflexión sobre el Clot de Galvany. Como no me ha sido posible publicarlo completo a través de los servicios de Google Docs debido a su tamaño, he decidido meter el texto e ir añadiendo las ilustraciones que acompañaban al documento original, hasta que su resultado final resulte parecido, así que habrá que dejar pasar unos cuantos días.

LA DEFENSA DEL CLOT (I)

El ecologismo en Elche creció alrededor de la defensa del paraje del Clot de Galvany. No fue el único conflicto ni el primero, pero si el más largo. Antes de que surgiera (1979) aunque ya existían iniciativas y movimientos ecologistas, en especial el movimiento antinuclear contra la Central de Cofrentes, solo se produjeron episodios de descontento y alguna movilización puntual contra el urbanismo salvaje que fomentó el Ayuntamiento franquista como los desaguisados de la Glorieta o la Casa de Gómez. Tras más de una década de conflicto, cuando se declara el paraje como espacio protegido por el Ayuntamiento, el ecologismo, la defensa del territorio y el conservacionismo se muestran como un movimiento con presencia permanente en la ciudad a través de diversas organizaciones y a la vez la ecología impregna el ideario de numerosas entidades y asociaciones locales de diverso signo.

La defensa del Clot sirvió como punto de encuentro de las distintas corrientes de pensamiento existentes en la ciudad, que contribuyeron cada una en su medida al resultado final. Una de ellas, quizás la menos conocida, es la aportación que los ex militantes de Germania Socialista (GS) hicieron al proyecto. Este grupo político, que dejó de existir en 1977, según algunos autores llevó a cabo la primera acción ecologista en el País Valenciano[1] contra la urbanización del Saler y el entorno de la Albufera de Valencia. Así pues no es casual que muchos de sus componentes participaran después en iniciativas puntuales de defensa del territorio a lo largo de todo el País Valenciano.

En un planteamiento que también puede aplicarse a otras ciudades de la Comunidad Valenciana en la época (década de los 70), el fracaso histórico del valencianismo político (que aún hoy persiste), que se mantuvo como opción minoritaria en una población con un alto peso de “proletarios” castellano parlantes de una parte y de otra valenciano parlantes con una inercia muy alejada de la corrección idiomática y del radicalismo intelectual del valencianismo culto adscrito a posiciones de izquierda, provocó por parte de los miembros de la organización y en especial por Martín Sevilla y quien esto suscribe (los antiguos militantes de GS que participamos en mayor medida en el tema del Clot) que se reforzara la idea de defensa del territorio como fundamento de la acción, en un planteamiento en el que convergíamos personas y grupos desde diversas posturas: el proteccionismo de la naturaleza desde entidades y asociaciones como Los Linces de Adena, el movimiento por la Autonomía Obrera y la revista “Liberación”, los incipientes movimientos ecologistas y la oposición antinuclear alrededor del Margalló y su local como sede común del movimiento alternativo ilicitano, el Grupo Ilicitano de Estudios Arqueológicos... Así, las acciones en contra de la urbanización del Pantano de Elche, la defensa del palmeral, la ruptura del entramado urbano de Traspalacio... en esas movilizaciones que se producen a lo largo de la década de los 80 estuvimos y en algunas fuimos protagonistas.

A destacar algunos elementos importantes que conferían una personalidad definida a la Coordinadora. Desde el principio quedó claro que el objetivo era material y exclusivamente la defensa del Clot por encima de tentaciones electoralistas o del uso partidario de unos y otros. También quedó claro que las decisiones y las actividades se hacían por consenso (tras análisis y puesta en común) a partir de un grupo reducido de personas suficientemente preparadas para complicarle la vida a las instituciones públicas, aprovechando los márgenes y huecos de procedimiento como vías para obstaculizar los procesos urbanizadores, combinando siempre el uso de la presión “en la calle” y el intenso papeleo: recogida de firmas, presentación de alegaciones y escritos... Tal estrategia se probó en el proyecto urbanizador de “El Pantano Ilicitano”. La promotora hizo tan mal las cosas que acabamos con el intento de urbanización de un plumazo: investigación y formación de un dossier de uso interno, denuncia publica en los medios de comunicación, recogida de firmas y entrevista con el Alcalde. El concejal de urbanismo Rodes paralizó el proyecto a las primeras de cambio. Esa victoria reforzó las ideas y la confianza en la eficacia del grupo y en el método de trabajo. Sin embargo ahora teníamos un importante grupo defendiendo la urbanización: Calpisa y el Banco de Alicante primero, el Banco Exterior y el Gobierno (Fernández Ordóñez y Boyer) y el propio Ayuntamiento una vez que aprueba el Plan Parcial.

A destacar también un cierto hábito de trabajo que pretendía ser sistemático. De la misma forma que hicimos en el caso “Pantano Ilicitano” la acción estaba respaldada por un dossier documental de cierta envergadura que incluía, además de los inevitables recortes de prensa que procurábamos mantener al día, otros elementos como los planes y estudios que sucesivamente fueron planteando la empresa y las entidades (Ayuntamiento de Elche, las Universidades de Alicante, Valencia y Murcia, el “informe Cantallops, el análisis de Vicent Sansano...), con documentación administrativa y copias de escritos e iniciativas, que aún hoy es consultable en El Margalló, pese a que falta material.

A pesar de lo corto del número inicial existía una cierta representatividad social y una probada capacidad de movilización: los linces de ADENA, que fueron los que detectaron el problema y uno de los motores del núcleo inicial, el GIM (Grupo Ilicitano de Montaña), con quienes promovimos la declaración del Carabassi como playa naturista (pese a los vaivenes del Ayuntamiento); o con el Movimiento obrero local (algunos éramos o habíamos sido muy conocidos en el ámbito de la lucha en las empresas, como Manuel Domingo en “Damel” o quien suscribe en “Pascual Ros Aguilar” y en el Movimiento Asambleario del calzado)... Tampoco se descuidó la vertiente “ilustrada”: existían enlaces con la Universidad, hablamos con cierta profundidad con Escarré y con Vicente Gozálvez en la Universidad de Alicante; al calor del conflicto algunas investigaciones surgidas en su seno pusieron en solfa la tesis oficial defendida por la empresa con el apoyo de la Universidad[2]; trajimos a Mª Rosa Miracle de la Universidad de Valencia. Se buscó y animó de forma permanente la intervención de la Prensa: revistas como El Temps (a través de Vicent Martí, otro ex GS), El Tiempo o Interviu noticiaron los aspectos más relevantes del proceso.

A medida que la Coordinadora se fue ampliando los que estábamos desde el principio mantuvimos capacidad de influencia gracias al respaldo permanente del Margalló y de las personas y colectivos que estaban en su seno. Se contó con la presencia ocasional o permanente de Asociaciones de Vecinos, Sindicatos y partidos políticos como CNT, el PCPE, el PSOE, CCOO y PC- IU quienes se mantuvieron de forma permanente hasta el final.

En determinadas fases del largo conflicto llegamos a un ámbito más amplio: en Santa Pola se publicitaron acciones de protesta contra Gran Alacant y en defensa de “Torre Brisó”; nos coordinamos y construimos acciones de respaldo y ayuda mutua con otras entidades de todo el país que llegaron a recoger firmas de apoyo o a remitir a las autoridades pertinentes escritos y alegaciones. Ese ambiente de “apoyo mutuo” facilitó la presencia de gente que estaba en la Coordinadora en otras movilizaciones de defensa del territorio de ámbito diverso: La marcha anual contra las instalaciones de la Antena de Guardamar, las actividades antinucleares en torno a Cofrentes, El Referéndum anti OTAN...

En determinado momento se llegaron a combinar acciones “legales” con otras que no eran tanto: por ejemplo, ante la pasividad de los Ayuntamientos afectados a quienes se remitieron sucesivos escritos solicitando la desaparición del sistema de drenaje que la mercantil “Gran Alacant” erigió de forma totalmente ilegal para impedir la regeneración de la zona húmeda, un comando nocturno taponó las tuberías. Otra acción sirvió para conectar temporalmente la surgencia de “Torre Brisó” (en el término de Santa Pola que proporcionaba agua al Clot y que tenía un sistema de drenaje propio) con el Clot mismo mediante el sencillo procedimiento de excavar el camino que separa los términos municipales y ambas zonas húmedas, poner un tubo para que pasara el agua y después dejar el camino aparentemente igual que estaba. Se hicieron repoblaciones forestales aprovechando las jornadas de concentración en el lugar. Cada palmera que se arrancaba en el paraje era denunciada de inmediato ante el Ayuntamiento de Elche apelando a la normativa de protección y solicitando que se aplicaran sanciones legales...

Además estábamos dentro del Ayuntamiento, con funcionarios que colaboraban pasando información. En esas labores, a Martín Sevilla le sustituyó quien suscribe. Debe destacarse además que Martín llegó a ser Concejal de Urbanismo y dejó el proyecto de urbanización bastante mal parado en su plan General de Ordenación Urbana, ya que reconocía el valor ecológico, ambiental y paisajístico de la zona; algo parecido sucedió con Oltra, que en alguna ocasión llegó a asistir a las reuniones de la Coordinadora como representante de Izquierda Unida y que intervino decisivamente en el desarrollo posterior del conflicto como concejal de Urbanismo.

Breve resumen del conflicto

El intento inicial, el Plan Parcial “Lago de Elche” promovido por la urbanizadora CALPISA consistía en la creación de un lago artificial en lugar de la zona húmeda preexistente, con un canal de comunicación con el mar navegable para pequeñas embarcaciones y una densa urbanización del entorno, en una superficie total de más de un millón de metros cuadrados, con torres de hasta 18 alturas alrededor del lago artificial en el término de Elche incluyendo la desaparición de la Playa del Carabassí y de buena parte de la playa de Arenales del Sol, siguiendo el modelo de Ampuriabrava. A ello se acompañaba la densa urbanización del Cap de l’Aljub con el “Gran Alacant” nombre del macroproyecto urbanizador en el término municipal de Santa Pola en terreno colindante, con cinco millones de metros cuadrados y que excepto una parte de “Torre Brisó”, se ha ejecutado en su totalidad. La quiebra de Calpisa dejó en manos del Banco Exterior –y del PSOE entonces en el gobierno- la perspectiva urbanizadora. Fernández Ordóñez, presidente del Banco Exterior se apresuró a garantizar a los promotores que se ejecutarían las perspectivas de negocio urbanístico en torno al Clot.

1979. La Denuncia de los Linces de ADENA

Hasta 1978 el Clot y las charcas colindantes (Balsars y Torré Brisó) eran unas perfectas desconocidas. Ocasionalmente algunos estudiosos de la Universidad de Alicante habían hecho acto de presencia. Los Linces de Adena lo visitaban con asiduidad por la excelencia de sus características para la práctica naturalista y por su excelente estado de conservación, sin edificaciones ni presencia humana en muchos kilómetros a la redonda. En 1979, la Mercantil Gran Alacant, sin permiso previo destruye el Clot. Las palas efectúan obras preparatorias excavando lo que iba a ser el lago artificial y eliminando buena parte de la zona húmeda natural. Inmediatamente se constituye el núcleo inicial de lo que después será la Coordinadora pro defensa del Clot de Galvany y Balsares-Carabassí. Oposición física a la acción de las palas; en alguna ocasión, concejales del PSOE ilicitano hacen acto de presencia y paran las máquinas. Se multa a la promotora Gran Alacant.

La aprobación del plan Parcial “Lago de Elche” por el Ayuntamiento en noviembre de 1981. se realiza la aprobación inicial por el Pleno, que fue “movidito” por nuestra presencia en él, con amplia repercusión mediática. En 1982 se produce la aprobación definitiva del Proyecto por la Conselleria de Urbanismo, que aduce como argumento que el ICONA permutó una serie de parcelas con la empresa para facilitar la urbanización.

En 1982, tras unas fuertes lluvias el paraje se llenó de agua, llegando a acumular una lámina de más de dos metros de altura en el área excavada, por su función de drenaje natural de las elevaciones existentes que el nombre de “Clot” ponía en evidencia.

Al final del año el ICONA presenta un recurso de alzada ante el Consell contra la aprobación definitiva por el uso del nombre de la institución en el proceso. Pese a su carácter parcial, fue suficiente para permitir una revisión de la aprobación definitiva.

En 1983 el PSOE gana las elecciones autonómicas.

A efectos de valorar el recurso, la Generalitat solicitó informes de las Universidades de Valencia y Alicante. El sentido del informe elaborado por Mª Rosa Miracle y Eduardo Vicente, del Departamento de Ecología de la Universidad de Valencia no dejaba lugar a dudas respecto a la necesidad de su conservación.

Por la Universidad de Alicante, Antonio Escarré también elaboró un informe favorable a su conservación, aunque más comedido. La empresa contraatacó, poniéndose a contracorriente con un amplio dossier en el que se pretendía negar que hubiera una zona húmeda en el lugar y emprendiendo obras ilegales de drenaje del “embalse” que la propia empresa había creado. En esa coyuntura tuvimos una entrevista con Joan Lerma y el Conseller de Urbanismo con motivo de la inauguración de la nueva sede del PSOE en Elche. Joan Lerma no se mojó, mientras que el Conseller acudió a ver el lugar, terminó sorprendido por la cantidad de agua que aun quedaba y literalmente embarrado.

Recién nombrado Presidente del Banco Exterior, en su visita a la ciudad, entre otras cosas para hablar con los accionistas del Banco de Alicante y Calpisa, Fernández Ordóñez tuvo a bien recibir a una representación de la Coordinadora. Alguien le recordó que el conocía perfectamente la importancia del lugar y las repercusiones del proyecto urbanizador ya que veraneaba todos los años en un paraje idílico muy próximo al Carabassí.

1984. Por las más que probables presiones de Fernández Ordóñez y el PSOE estatal, La Generalitat solicita nuevos informes, ahora científicos, sobre el carácter del lugar. Ante ello montamos una charla-coloquio en el Centro Cultural de San José, con presencia de Mª Rosa Miracle, quien nos dio una “clase magistral” de ecología. Se montó una especie de Asamblea a la que acudió quien quiso, además de la representación política, sindical y societaria del pueblo. Emisarios de la mercantil enviaron a sus representantes con la pretensión de cargarse la Asamblea y lo que hicieron fue amenizar la velada. El Salón de actos, con capacidad para más de 300 personas, terminó abarrotado. Al final los informes inciden de nuevo en que la zona debe ser salvada.

Uno de los fundadores del grupo inicial de defensa, Martín Sevilla, es nombrado Concejal de Urbanísmo y a pesar de la oposición interna de algunos sectores del PSOE, su PGOU supone la calificación urbanística del lugar como paraje de especial protección y por tanto no urbanizable. En medio de la presión popular a través de la actividad de la coordinadora, la promotora amenaza con hipotecar al Ayuntamiento por las indemnizaciones a que habría lugar en caso de denegar un proyecto urbanizador aprobado de forma definitiva. Ese será el ambiente en el que se desenvolverá el conflicto hasta su reconocimiento como paraje natural: oposición en la calle y amenazas de la empresa, con el PSOE-PSPV soportando presiones de diverso signo.

En 1986, a la vista de que los informes científicos siguen insistiendo en la necesidad de preservar el lugar y ante la demostrada existencia de especies en peligro de extinción (la Cerceta Pardilla, el Porrón Blanco y otras), la Generalitat decide no aceptar el proyecto de urbanización, en su revisión del recurso por el ICONA. La empresa recurre y en 1987 la Audiencia Territorial de Valencia les da la razón. Pese a ello existe ahora el manto protector de la calificación del PGOU del Ayuntamiento.

En 1991 se produce la resolución final e inapelable del Tribunal Supremo dando la razón al Ayuntamiento de Elche y reconociendo su calificación como suelo no urbanizable.

El Ayuntamiento finalmente adquiere los terrenos mediante una permuta de terrenos y otras concesiones más que generosas con la empresa. Tras arduas negociaciones, con la presión social y ciudadana como telón de fondo se revisó edificabilidad en las partes no protegidas y se llegaron a permutar además terrenos municipales en la ciudad a cambio del Clot, interponiendo entre las zonas urbanizables y el paraje un perímetro de protección (que llegó a ser un campo de golf, idea que después se desechó).

En el acto de aprobación como paraje natural de interés municipal y en representación de la coordinadora, Manuel Domingo realizó una brillante intervención ante el Pleno de la Corporación. Si mal no recuerdo fue la primera vez que una entidad ciudadana, al amparo de la Ley de Bases del Régimen Local, hacía uso de la palabra ante el Ayuntamiento de Elche en Pleno. De hecho, tras ese momento la coordinadora dejó de existir

En ese año, en el marco de la Institució Catalana d’Història Natural, filial de l’Institut d’Estudis Catalans, se hará en nuestra ciudad el I Seminario de Gestión Ambiental, con el patrocinio del Banco Exterior[1] en lo que pretendió ser la “puesta de largo” del plan protector, al que me invitaron y que me negué a asistir precisamente porque el proyecto de salvación ya preveía el volumen de edificación que ahora se ve, producto en parte de la compensación al Banco Exterior.

Para mí había que dejar el lugar sin urbanizar, reduciendo incluso la tutela al mínimo imprescindible para impedir las tropelías de los visitantes. Téngase en cuenta que parte de la labor de difusión del problema consistió en que la gente conociera el lugar y su entorno, por una parte y por otra que la Mercantil Gran Alacant empezó a difundir que justo al lado de su urbanización había una “zona natural” incluyendo el detalle como reclamo publicitario, hasta hoy.

¿Se ha acabado?. Esperemos que no. Una visita al lugar pone en evidencia los problemas. Para mi El Clot ha terminado siendo un parque periurbano en el que anidan aves protegidas y algunas especies en peligro de extinción gracias a la actitud conservacionista del Ayuntamiento y del personal que lo gestiona, lo que no es poco para los tiempos que corren. Por otra parte la tutela social sobre el lugar, aunque sea reducida a su mínima expresión, se mantiene[2] y también hay que incluir en ella el creciente uso social respetuoso: visitas escolares, trabajos de campo, visitantes ocasionales...

Elche, octubre de 2008

Gaspar Agulló Sánchez

Miembro de la Coordinadora para la Defensa de Balsares-Carabassí



[1] Regeneració Ecológica i utilització pública de les zones humides: El Clot de Galvany d’Elx: Actes del I SEMINARI DE GESTIÓ AMBIENTAL DE LA I.C.H.N. / A cura de Vicent Sansano ; fotografíes de Vicent Sansano. – Elx : Ajuntament, 1992

[2] http://destrucciondelclot.blogspot.com/ . Las referencias al Clot de galvany en Internet son más que abundantes.



[2]Humedales y áreas lacustres de la Provincia de Alicante / Margarita Box Amorós . – Alicante : Instituto de Cultura Juan Gil-Albert, 1987

El Clot de Galvany (Elche) : un ejemplo de humedal amenazado por la expansión turístico-residencial / Salvador Palazón Ferrrando ; José Antonio Larrosa Rocamora, en Turismo y transformaciones urbanas en el siglo XXI,Almería, Universidad de Almería, Servicio de Publicaciones, 2002, pp. 299-309.

martes, 18 de noviembre de 2008

Antonio Bernad Gonzálvez


Me ha llegado una nota anónima con una indicación: consulta la página 12 de la sección Comunidad Valenciana del diario El País del 28 de octubre de 2008. Me he encontrado con una breve reseña de este artista ilicitano desconocido. Bajo el título Humanidad, humor y surrealismo se expone su obra, grácias a la Universidad de Valencia y al Ayuntamiento de Elche. Tengo que decir que lo desconocía todo de él y tras ver los enlaces, credencial suficiente por su calidad, en especial las caricaturas, si puedo veré los originales, aunque no estaría de más que el Ayuntamiento trajera la exposición a Elche:

lunes, 17 de noviembre de 2008

¡Ay, Palmera, palmera!


Se las planta en las grandes ocasiones. 
No es algo superficial, algo que se haga a la ligera. 
Los ilicitanos sabemos bién que la palmera es una propuesta de permanencia, de renacimiento contínuo. Mientras tú sigas, yo estaré aquí, nos decimos. 
Por eso en ocasiones señaladas, alguien se acuerda de ellas y las planta.
Y las encontramos junto a edificios que tuvieron y tienen algún sentido. A veces es el único testigo mudo de que algo había allí. Otras veces  su ruina acompaña a otras ruinas lamentables.
Solo las modernas técnicas como el rociado con gasóleo, la tala o la acción inmisericorde de la excavadora puede acabar con ellas. También el abandono y el maltrato, aunque es dificil, como vemos. 
Los ejemplares que reproducimos se encuentran junto a la vieja estación eléctrica del Pantano de 
Elche y probablemente se plantaron el año de su inauguración. 
Fuimos a ver la también renacida imagen del agua (sic) rebosando por el borde de la presa, antes del vandalismo de abrir la compuerta. Esperemos que la declaración de paraje natural protegido -volveremos sobre ese tema más adelante- llegue a tiempo para todo: el paraje, la presa, las palmeras, las ruinas de la estación, el Molino... 


viernes, 14 de noviembre de 2008

La rella


 La Rella, del Institut d'Estudis Comarcals del Baix Vinalopó es, con Festa d'Elig/Festa d'Elx la revista cultural de mayor continuidad en el escuálido campo de publicaciones locales de interés cultural y de las pocas que tienen al valencianocatalanobalear como vehiculo de expresión.
El enlace que reproducimos, además de contener un índice de los números publicados sirve como entrada a algunos números atrasados y artículos sueltos en formato electrónico.
El interés de su contenido y las dificultades crecientes para encontrar determinados números debería animar al equipo editorial a emprender una labor sistemática de digitalización para investigadores y curiosos. 


Por cierto, hoy a las 8 de la tarde en el Ayuntamiento se presenta su último número.

Vistoso ejemplar de salsola en las inmediaciones del Pantano de Elche. Foto de Vicen

lunes, 10 de noviembre de 2008

Cántico por Leibowitz / Walter M. Miller


Primero fue mayo del 68, después Leibowitz. Humberto Eco y otros anunciaban casi al mismo tiempo una nueva Edad Media. El fantasma del “retroceso intelectual y material” aparecía en medio de la crisis del petróleo. El biólogo Jay Gould afirmaba que un género que cuenta con un solo representante o una sola especie (como el caso del homo sapiens) está en condiciones precarias para subsistir en términos biológicos. En esas condiciones leer la obra fue una pasada, que recomiendo aún, y especialmente ahora. La novela es una de las imprescindibles en cualquier listado y como corresponde a su calidad, la obra se mantiene: sucesivas veces reeditada y agotada, presente en Internet con enlaces de descarga, citas y reseñas abundantes. Como nota, señalar que la versión corta que circula en algunos enlaces suele ser la primera versión, un cuento largo o novela corta muy similar al primer capítulo de la novela completa, en un proceso que han seguido muchas otras obras del género, que se reescriben en forma de novela tras el éxito del cuento. Ese fue el que leí y me parece con mucho lo mejor porque deja abiertas todas las posibilidades.También fue mi primera novela apocalíptica y desde entonces que el subgénero me pone.
Uno de los factores que explican su éxito es la ausencia de verborragia tecnicista. Con un estilo claro, se entiende todo desde la primera a la última palabra sin caer en descripciones de instrumentos innombrables, paisajes imposibles o cualquiera de las muchas elucubraciones científicas a las que nos tiene acostumbrados el género. Probablemente fue la primera novela de ciencia ficción “de letras”: la perspectiva histórica, el uso del Latín como lingua franca, el catolicismo de toda la vida, la vida monástica, el amor a conservar la letra impresa (aquí hay que citar otra gran novela, Fahrenheit 451 de Bradbury como contrapunto) y la presencia constante de la arqueología como fondo, todo contribuye a ello... en definitiva un tema clásico de la ciencia ficción tratado desde fuera de los parámetros del género en la época.
(se reproduce el reverso de la camisa en la edición del Círculo de Lectores)

martes, 4 de noviembre de 2008

El Clot de Galvany



Acabo de salir de las I Jornadas de estudio sobre el Clot de Galvany que se han celebrado en el Centro de Congresos durante los días 29, 30 y 31 de octubre. Juan Carlos Aranda, director del Paraje Natural Municipal me invitó y la verdad, no tuvo que insistir mucho. El 29 participé en una Mesa redonda sobre la problemática de conservación de la zona, donde me tocó la parte histórica, rememorando las actividades de la "Coordinadora para la defensa de Clot de Galvany y Balsares-Carabassí".  Más adelante colgaré aquí -con los permisos debidos- la comunicación y algunas reflexiones adicionales. Transmitir que después de muchos años, en los que llegué a plantearme no volver al lugar, he vuelto y me he encontrado en parte con lo previsible (la presión del hormigón a ambos lados del paraje, pero en especial los desmanes del Ayuntamiento de Santa Pola; la plaga nefasta de los urbanitas haciendo continuamente de las suyas...) y con algunas sorpresas agradables: un paraje más que notable lleno de vida y de historia a pesar de todo, pero en especial,  el personal que rentabiliza la inversión municipal, cuidando del parque con mimo.   
Hoy, tan solo destacar la carta abierta que remitimos los integrantes de la Coordinadora y que salió publicada en La Verdad bajo la firma de Ramón Perez Alonso.
(la foto es de Pejiguera)