miércoles, 26 de agosto de 2009

Calendura y Calendureta


dedicada a mis nietos Carlos y Mario

Dos niños trabajando en un bancal del campo de Elche en un punto no determinado entre la ciudad y los Carrizales. Se llaman Chambín y Chambón y son hermanos. De pronto unos piratas berberiscos se acercan dispuestos a todo. Tras muchas peripecias consiguen escapar ocultándose en las acequias hasta llegar por los pelos a una torre, tocar las campanas y avisar a todo el mundo. Esa es la versión básica. En otras el sonido de las campanas se usa para impedir que los gritos de los niños se escuchen (“¡Tocar las campanas que no se oigan sus gritos!” gritaba a su vez el terrible jefe de la banda). En este apunte está el argumento de un cuento infantil, probable invención de mi padre, con el que nos atormentó (porque se sufría de lo lindo, menos mal que siempre había final feliz) a todos.
La siguiente generación (mis hijas) tuvieron a su vez que soportar mis cuentos en una liturgia que se cumplió casi a diario durante bastantes años. No usé el de mi padre por muchas razones entre las que cito en especial la ausencia de acequias en el campo de Elche, siempre húmedas y llenas de vida y de verde, que ya habían sido sustituidas por tubos. Entre los cuentos que les soltaba hoy quiero recordar en especial el de Calendura y Calendureta, dos hermanos que apenas se diferencian por su tamaño, viven sobre otra torre en la Plaça de Baix, también tocan las campanas y son a su vez entrañables espectadores del devenir cotidiano de nuestra ciudad. Se me fué ocurriendo sobre la marcha a partir de un montaje infantil de La Carátula sobre la dualidad que sirve de estructura a toda pareja de payasos: el pequeño y el grande, el bueno y el malo, el listo y el tonto, el intercambio de papeles... todo junto.
Hoy una nueva pareja de hermanos se va acercando a esa dichosa edad en la que se es capaz de vivir y disfrutar de la misma historia cada noche como si fuera la primera vez que se escucha, en la que se desea y se exige a veces que se renueve el momento mágico en el que un adulto con su voz y sus gestos enciende la maravilla de los fuegos de artificio en mitad de la noche, peldaño imprescindible para el tránsito al sueño y a la inteligencia.

Una breve alusión al origen y la historia de los personajes, en: Valencia pintoresca y tradicional / Josep Soler Carnicer … p 129-130, legible pulsando aquí

Cita del catálogo de bienes del patrimonio cultural de la Biblioteca de la Direcció General de Patrimoni:

En la excelente web Campaners, en el apartado Elx Campanes,campaners i tocs
hemos encontrado entre otros este interesante material:
Memoria para la restauración del reloj de Calendura:

El reloj de Calendura:
Y también
Las Campanas de Elche y la más antigua música del Misteri:
Contiene además el catálogo de las campanas locales, con una breve descripción, fotografías de campanarios, espadañas y la reproducción sonora de los toques, en Elx totes les campanes


Foto tomada de http://www.panoramio.com/photo/20132706 de Francisco Sempere.


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