jueves, 30 de junio de 2022

Santa María: la restauración de Serrano Peral

La revista Arquitectura del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid publicó en su número 37 del mes de enero de 1945 un artículo de Antonio Serrano Peral en el que daba cuenta de la restauración efectuada entre 1939 y 1941 en la basílica bajo el título de Proyecto de restauración de la iglesia de Santa María de Elche, artículo ahora accesible en digital aunque  la digitalización por lo visto se hace a partir de imágenes posteriormente agrupadas y pasadas a formato pdf.  La consecuencia directa de esta suma de procedimientos es que no es posible trabajar con los textos ni los planos ni, por supuesto, las imágenes, algunas muy conocidas e interesantes, acompañadas de comentarios descriptivos. A tener en cuenta que el documento a digitalizar, además del texto incorpora 12 fotografías, dos planos y varios dibujos de detalle; en consecuencia para obtener un documento editable pudiendo recuperar así separadamente sus elementos, ha sido necesario rehacer el fichero, lo que ha provocado algunos cambios como la sustitución del formato de dos columnas con que se presentó el texto en la revista, a una sola columna, la redimensión y reubicación de las imágenes y de su posición en el documento, adaptándolas a las características de blogger (aunque se ha procurado respetar el orden del original) y otros detalles como el cambio en el tipo de letra empleado. El artículo impreso abarca de las páginas 9 a 18; sin embargo, para dar mayor protagonismo a las ilustraciones no se ha respetado la paginación, aunque consta la paginación del impreso entre corchetes.

Por otra parte he de confesar que no he solicitado permiso ni a la revista ni a los herederos, pues supongo que al no haber negocio de por medio a lo que me arriesgo es a un tirón de orejas propinado con toda la razón del mundo. 

Las imágenes están además incluidas en el repositorio documental de la cátedra Pedro Ibarra desde hace ya algún tiempo, a las que se puede acceder mediante la oportuna consulta. A unos y otros desde aquí mis disculpas. Por lo demás espero que pase el examen de idoneidad de los sufridos lectores que comparen el original con la digitalización que aquí se ofrece.  Al final de la entrada, enlace de descarga.

Enlace al artículo en la revista: 

https://www.coam.org/es/fundacion/biblioteca/revista-arquitectura-100-anios/etapa-1941-1946/revista-nacional-arquitectura-n37-Enero-1945


PROYECTO DE RESTAURACION DE LA IGLESIA DE SANTA MARIA DE ELCHE

Arquitecto: ANT  ONIO SERRANO PER AL

La convulsión que un día pasara por España de su huella, huella negra y sucia como su instinto, en un mo­numento, que por tal se tenía y como tal se apreciaba, que durante siglos f cobijo de miles de almas, que una y otra vez se postraron de hinojos para dar gracias a Dios o para pedir su Madre Virgen Santa y Bendita, M ria de la Asunción, su intercesión y ayuda.

Santa María de Elche, exaltación del barroco levantino del siglo XVII, además de su belleza tenía el privilegio de que en su interior se representase "el Misterio", joya en­tre las joyas y maravilla entre las maravillas, legado de una patria grande y de una civilización preclara, que en cantar a María la Verge de la Assumptió gastaba las pri­micias de su arte.

ORIGEN DE LOS DAÑOS Y EST ADO DE LA IGLESIA.

La fábrica, que desde que se colocó su primera piedra, en

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2 de julio de 1673, doró sus sillares a los fulgores del sol y aire mediterráneo, vió las teas de los incendiarios pren­der en sus entrañas y convertir en horno infernal, que calcinaba o volvía cenizas, aquella obra casi tres veces centenaria.

Los daños del fuego, unidos al abandono y mal uso después, y el natural desgaste del tiempo, nos presentan el templo en un estado tal, que es necesario afrontar rápi­damente el período de ruina en que se encuentra, aparte de la necesidad imperiosa de habilitarlo para restablecer el culto divino y poder volver a celebrar, según costumbre secular, la representación de la "Festa", monumento nacional, admirado y ensalzado por los más preclaros valo­res de la intelectualidad y del arte y posible señera para levantar y atraer las corrientes del turismo universal .

Al examinar detenidamente la construcción, conociendo cual conocíamos el templo y su historial, y luego de estu­diar detenidamente los antecedentes e informes de pres­tigiosos arquitectos, que en distintas épocas fueron llama­dos para reconocer las deformaciones sufridas por las es­tructuras, apreciamos que el fuego produjo dos efectos, los directos y los indirectos; son aquéllos la conversión en cenizas de lo combustible, la calcinación de la piedra, la rotura por desigual dilatación, el ennegrecimiento por el

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humo, etc.., etc., y los indirectos, el daño de muchos ele­mentos estructurales que, al disminuir la sección o fallar ciertos apoyos, entraron en período de ruina.

Por el primero desaparecieron el magnífico retablo principal, el camarín con la preciada y reverenciada imagen de la Patrona, el tabernáculo, los altares todos, el grandioso órgano, los florones o claves que cerraban la cúpula y la bóveda del ábside, el coro, etc., etc.; mas no sólo lo de madera, las cornisas del ábside y crucero y gran parte de las de la nave, los capiteles de las pilastras, los aristones de las bóvedas y hasta las dovelas de estas, de los ar­cos torales y de las bóvedas y arcos de las capillas claustrales quedaron desquiciados. No hay rincón ni superficie alguna, por alta o distante que esté, que por su ennegrecmiento no necesite su limpieza.

Los indirectos son no menos importantes, puesto que los arcos torales, ya de antiguo resentidos, al calcinarse la parte exterior, perdieron en alguno cerca y hasta más de un tercio de su seccn, ya por sobrecargada.

La bóveda que sufrió los efectos con más intensidad f la del crucero, lado del órgano, que sobre el calor que re­cibieron las demás, tuvo la gran hoguera producida por dicho aparato, enorme masa de madera que, junto con la puerta del crucero que estaba debajo, sucumbió. Tal es a que en las comprobaciones que hemos hecho en las dovelas se aprecia el enrojecimiento hasta más de cuatro centímetros de su superficie. Además, todas se han par­tido en dos, estando por consiguiente en franca ruina. Las de la nave y otro lado del -crucero, ya en 1903 aconsejaba Coquillat su completa demolición, y por falla de recursos no se desmontaron, aligerándolas solamente del peso del "trespol" y los tabiquillos que las sostenían. Hoy debe ha-

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cerse, 'puesto que además han sufrido los efectos de un gran incendio.

Las fotografías que se adjuntan son la mejor descripción de lo que era el edificio que nos ocupa, su magnitud y dimensiones  y la riqueza ornamental; con igual claridad ve­mos en otras el estado en que quedó; réstanos, después de analizado lo actual, bocetar la orientación de la restau­ración y orden de los trabajos

TECNICA DE LA RESTAURACION.– Por el destino de este edificio, causas que han motivado su estado de deterioro y por ser un monumento vivo y en uso, después de meditados raciocinios, hemos adoptado un criterio ecléctico. Por eso, en unas partes restauraremos, en otras repararemos y en otras consolidaremos­. No es éste momen­to de justificar si es mejor para nuestro caso el seguir las tendencias restauradoras de Viollet-le-Duc. D. Vicente Lam-

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pérez y otros al final del siglo pasado, o las de reparación y consolidación de la Conferencia Internacional de Peritos para el estudio de los problemas referentes a la protección y conservación de los monumentos artísticos e históricos, organizada por la Oficina Internacional de Museos, y cele­brada en Atenas en octubre de 1931: de mi profesor, To­rres Balbás, o de los Sres. Gómez Moreno y Francisco Gi­ner de los Ríos. En lodos los casos y momentos guían nuestras decisiones estas doctrinas, las de la escuela ita­liana representada por Boito y Giovannoni y las normas de la reciente Exposición de Arte Sacro de Vitoria, Arzo­bispado español y los Sagrados Cánones, y sobre todo el máximo respeto al monumento tal como era y el deseo vivamente sentido de restituir a Elche algo de lo que te­níamos, antes que la tea de los incendiarios con bastardo fin lo destruyese.

Dada la importancia del daño, yen previsión de posi­bles desgracias, está clausurado el monumento y terminan­temente prohibida la entrada. Se han llevado y llevarán los trabajos siempre tendiendo a proteger la vida de los ope­rarios; por eso, lo primero fué · un repaso general de todo lo que amenazaba desprenderse, luego el pavimento...; ne­cesitábamos una superficie sólida y uniforme para colocar los andamios y un cimiento para el futuro enlosado. Al pro pio tiempo se revisaban y consolidaban las criptas y sepulturas.

Se ha protegido el tabernáculo, para conservar lo que queda de aquella famosa obra de JaimeBort, construida en Génova.

Han sido colocados cerca de cien "testigos" por el in­terior y exterior de la Iglesia; son palomillas de piedras que, cruzando las grietas, sirven para delatar cualquier movimiento en el orden estructural.

La galería del camarín, que por su menor altura sufrió fuego más directo y estaba en peores condiciones, se ha re/orzado con potentes contraarcos de ladrillo revocado con estuco, que lleva como base arena de cantera proce­dente del labrado de los propios sillares, y un cemento adecuado, quedando de la misma coloración de la piedra primitiva.

Los arcos torales, que ya hemos dicho que son las partes más peligrosas, por la excesiva carga y por ser las más

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resentidas de la obra, después de apearse cuidadosamen­te, se reforzarán con hormigón armado, procediendo a con­tinuación al repaso de la cúpula y tambor y al desmon­tado de las bóvedas y arcos de los dos brazos del crucero y nave.

Para llevar a cabo obras de esta importancia se han construí do grandes andamios, que, con la máxima seguri­dad para sus vidas, ponga a los obreros al alcance de las· más altas dovelas de sus bóvedas y arcos. Uno de ellos, el  formado en el ábside, consta en la actualidad que ya ha sido desmontada la plataforma superior, y en más de un tercio de su altura los pies derechos y traviesas, de 556 tablones, unidos con fuertes abrazaderas de hierro. El que se ha hecho para revisar el arco toral del Evan­gelio y la bóveda de dicha parte del crucero mide 22 me­tros de altura y consta de unas 685 piezas, estando dispues­to para el apeo de dicho arco toral y la bóveda contigua.

Igualmente se construirá otro en el extremo del crucero.

En el centro del crucero hay instalado un gran castille­te metálico de 43 metros de altura, que sirve para la revi­sión completa de la cúpula y cimborrio, y luego, desmon­tando su mitad superior y merced a un potente rodillo de que va dotado, se desplazará por toda la nave, permitien­do el desmontaje de toda la bóveda y la revisión de cor­nisas y pilastras laterales; solución mucho más económica y rápida que con andamios de madera fijos, y que permitirá por nuestra parte acelerar al máximo las obras y por ende la celebración del culto.

 Se ha proyectado la instalación eléctrica con todas las seguridades que esta clase de edificios requiere y a base de luz indirecta que valorice la arquitectura del templo e incorpore el claustro superior de la girola; que con su con­traste de masas y juego de luces y sombras dará un aspec­to más bello, a la par que un ambiente grato y espiritual.

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Enlace de descarga del artículo digitalizado aquí:

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