martes, 17 de mayo de 2011

Los primeros vuelos en globo en la Comunidad Valenciana: un artículo de Gonzalo Martínez Español



El artículo que sigue, bajo el título ENSAYOS CON GLOBOS AEROSTÁTICOS, POR MANUEL  BELTRÁN Y SEMPERE EN ASPE, EN EL AÑO 1784 /  Gonzalo Martínez Españolse publicó en la revista de fiestas de Aspe La Serranica nº 45 del año 2002, pp. 134-141. Dado que el material aportado por Gonzalo Martínez es diverso y curioso he decidido publicarlo en dos partes. En la primera, correspondiente a la entrada de hoy está lo básico de su investigación, mientras que en la segunda, además de información gráfica adicional se publicará una poesía relatando el vuelo del globo en Elda, junto al árbol genealógico de los Beltrán, familia procedente de Elche, afincada en Aspe. Como elemento adicional que refuerza el interés local del artículo citar que la fuente de su investigación son las cartas que Manuel Beltrán remite al caballero ilicitano Juan Alfonso Estevan de Saxonia que se conservan en el AHME. El trabajo, así, debe servir para valorar algo que ya se ha dicho y no me canso de repetir: la riqueza documental del Archivo Histórico municipal de Elche, gracias en buena medida a la ingente obra de recopilación, conservación y sistematización realizada por D. Pedro Ibarra y Ruiz, que se manifiesta en la existencia, entre otras cosas de los Papeles Curiosos, el Índice de Remisiones a Cabildos y otras agrupaciones documentales, esenciales para nuestra historia como se puede comprobar por la gran cantidad de citas que generan en trabajos de investigación de diversa índole.

Como complemento del artículo a título de mera curiosidad, añadir que según esta web:
ya hubo un primer vuelo en globo aerostático previo al reconocido de los hermanos Montgolfier: ...Recientes investigaciones han demostrado que el 8 de agosto de 1709, el sacerdote brasileño Bartolomeu de Gusmao hizo la primera demostración de ascensión aérea en globo de aire caliente no tripulado en la Casa de Indias de Lisboa, ante la corte del Rey Juan V de Portugal. Fue perseguido por la Inquisición por hechicería.
Por su parte, la primera ascensión no tripulada en España la llevó a cabo Agustín de Betancourt, fundador de la Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, ante la Corte de Carlos III de España el 28 de noviembre de 1783 (cita procedente de:



En consecuencia el vuelo del globo de Beltrán no fue el primero por muy poco, lo que revela el interés del personaje por estar a la última en los estudios científicos y refuerza el interés del artículo si se confirma que no fue el primer vuelo en globo aerostático en la Comunidad Valenciana por un escaso margen. 
De nuevo, gracias Gonzalo y a Vds., que lo disfruten.


ENSAYOS CON GLOBOS AEROSTÁTICOS, POR MANUEL BELTRÁN Y SEMPERE EN ASPE, EN EL AÑO 1784.

           
                                                                                                Gonzalo Martínez Español

            En el siglo XVIII o “Siglo de las Luces”, el hombre realizó enormes progresos científicos, merced a la confianza generalizada que depositó en la inteligencia humana para el avance de la Ciencia.. El deseo de conquistar el cielo había sido un permanente anhelo humano, que se había manifestado en las distintas culturas a través de cuentos y leyendas. Las nuevas aplicaciones tecnológicas surgidas en el siglo XVIII, permitieron al hombre materializar el sueño de elevar objetos y elevarse  a sí mismo por el aire. Y fue en Francia, el país en el que se consiguieron los primeros ascensos aéreos, gracias a los experimentos científicos realizados con gases, y basándose en el principio:”más ligero que el aire”.

            - Los hermanos Joseph y Etienne Montgolfier, hijos de un rico fabricante de papel, elevaron por primera vez el 4 de Junio de 1783 una “máquina aerostática” o globo de 16 metros de diámetro sin tripulantes, hecho de tela de embalaje y forrado de papel, que se elevó al ser hinchado con aire calentado por la combustión de una mezcla de lana y paja.
            - En Agosto, el físico Charles lanza en París un globo inflado con hidrógeno, que cayó tras ¾ de hora de vuelo cerca de Gonesse. Los habitantes acudieron en masa, y dos monjes aseguraron que era la piel de un monstruo, y se lanzaron todos contra el globo con piedras, horcas  y látigos, teniendo que acudir el cura al lugar para tranquilizar a sus horrorizados parroquianos.
            - El 19 de Septiembre, ante la Corte y el rey, Etienne de Montgolfier voló un aerostato que contenía una jaula de mimbre con un gallo, un pato y una oveja; que aterrizaron indemnes en un bosque próximo.
            - El 21 de Noviembre, Pilatre de Rozier y el marqués de Arlandes efectuaron en un “Montgolfier” el primer vuelo humano, sobrevolando París.
            - El 1 de Diciembre, el físico Alexandre Charles y el constructor Robert izaron hasta los 3.000 metros un globo con hidrógeno, probando la superioridad de los globos de hidrógeno sobre los de aire caliente.
Estas innovaciones técnicas para elevar objetos por el aire, tuvieron una rápida difusión, y algunos individuos trataron de emular  las experiencias de los hermanos Montgolfier, como el aspense Manuel Beltrán y Sempere.
            Un archivo privado estudiado por Felipe Mejías[i], conserva parcialmente la documentación personal de la familia Beltrán, cuyos datos revelan el perfil de un personaje polifacético e ilustrado del Aspe del  siglo XVIII.
            Manuel Beltrán y Sempere nació en Aspe (1750-1823), procedía de una familia pudiente que había ejercido la abogacía y cargos públicos en la administración local. Beltrán desempeñó el oficio de abogado de los Reales Consejos en la villa de Aspe, llegando a alcanzar en el cenit de su vida, el puesto de fiscal interino de lo civil en la Audiencia de Valencia. Gozó de una posición económica acomodada, fue un hombre inquieto y con una extensa formación cultural, redactó manuscritos jurídicos de variada índole en los que manifestaba un claro pensamiento regalista y antiseñorial, cultivó cierta actividad literaria, además de construir y realizar algunas prácticas de vuelo con globos sin tripulantes.
           
            Su faceta de experimentador aerostático la conocemos a través de la documentación conservada en el Archivo Municipal de Elche[ii], que Beltrán denomina: Instrucción aerostatica que remite Dn Manuel Beltrán a Dn Juan Antonio Estevan de Saxonia”.
            Se trata de un cómputo de varias cartas cursadas por Manuel Beltrán al caballero ilicitano Dn Juan Antonio Estevan de Saxonia, instruyéndole en la fabricación y vuelo de globos, para que este señor pudiera exhibirse ante la sociedad ilicitana, manifestándole en  carta de 13 de Septiembre de 1784: Que luego que pase io a Elda avisaré a Vm. para que avistandonos pueda instruirle plenamente en el modo de bolar los Globos, con la protesta de guardar el secreto, pues de este modo podrá Vm. solo lucirse en essa,  y de lo contrario tendrá muchos que se le igualen[iii]...”  
           
            El letrado realizó sus primeros experimentos de vuelo en Aspe, en julio de 1784 manifestando:
           
“De la operación aerostatica practicada por Dn Manuel Beltran y Sempere Abogado en la villa de Aspe el dia siete de Julio de este año (1.784) entre seis y siete de la tarde el Globo, que lo es en figura perfecta, tiene de alto diez y ocho palmos , y quarenta de circunferencia, por la qual se infiere su diametro.
La operación de enrrarezer el aire duró un minuto nada obstante el viento qe reinaba. Se elevó el Globo en su maior altura  a quatro mil varas, caminando del Levante hasia a el Poniente, y gastó como unos treze, o catorce minutos, en todo sus ascenso, carrera y descenso siendo este a distancia de tres quartos del citio, de donde se elevó, aviendole recuperado su dueño sin lesion alguna y le conserva para repetir la operación.
            Aunque la maior parte del concurso, no esperava buen exito en la maniobra; con todo se glorian aora al ver, que aia tenido tan favorable, nada obstante de aver padecido tres infortunios que pudieran aver desluzido a el Autor, quien a fin de qe no caminara mucho se valio de una materia muy leve y poco activa para la rarefacción del aire[iv]...”
           
            En la correspondencia, Beltrán describía las características de sus ingenios voladores. De esta documentación, se desprende que fabricó varios globos de papel, con unas dimensiones en torno a los 4 metros de altura x 9 metros de circunferencia, y no llevaban adosado cesta ni otro tipo de receptáculo, por lo que no era viable el transporte de objetos o personas.
            El abogado detalló el proceso de elaboración. Partía de un proyecto en el que fabricaba los globos seccionados en seis partes iguales, que estaban trazadas en sentido perpendicular, y con medidas realizadas a escala, luego adhería las seis partes pegándolas, y formaba el aerostato:
           
            “El diseño que remiti a Vd, en mi anterior está bastante expresivo del modo de formar los tales  globos, y para mas perfecta instruccion he formado el adjunto por el qual se acredita que la boca tiene dos palmos i un quarto de ancho en cada uno de los seis cascos o partes de que se compone. Del tercer palmo ia tiene de ancho dos palmos tres quartos i medio, en los quatro palmos tiene tres palmos i tres cuartos de ancho.
             En los cinco palmos quatro palmos i tres quartos, i asi a este tenor va figurada su ancharia según se va alargando la figura...
            Forjadas assi las seis partes de el Globo unen todas por el canto, de modo que ningun abujero quede por donde pueda exalarse el aire inflamable que le dilata o rareface pues bastante se exala por los poros del mismo papel[v]...”

            Para realizar las prácticas de vuelo, Beltrán adquirió algunos conocimientos de aerostática, inspirados en los principios de Física que se mantenían en esos momentos, cuyos postulados presuponían que los objetos inmersos en el aire, manifestaban un comportamiento similar a los objetos sumergidos en el agua, por ello afirmaba:

            “El mas necesario es el de la gravedad i elasticidad del mismo aire i la acción i reaccion por lo que le consideramos ni mas ni menos que el mar, solo con la diferencia de ser el aire un fluido mas ralo i hallarnos sumergidos en el al modo que los peces en el agua, bien que dotados estos de medios oportunos para hacerse más ligeros que el agua, levantarse, equilibrarse i moverse. i faltarnos a nosotros estos dotes, hallándonos sumergidos en lo mas profundo del aire i siendo mas pesados que este elemento en mas de nuevecientas veces, sin tener modo de hacernos mas ligeros que el, siempre estaremos sumergidos como el plomo en el agua, si no se busca algún cuerpo más ligero que el aire que nos pueda levantar.
            Este cuerpo puede darse por medio de la formacion de un globo o esfera[vi]...”

            Con la experiencia obtenida en los  meses precedentes por los vuelos realizados en París, Madrid, Valencia, etc., siguiendo el método  Montgolfier, el abogado tenía la certeza que al introducir un gas más ligero que el aire dentro del globo, éste izaría objetos en proporción a la capacidad cúbica que albergase la esfera. Aconsejaba a su pupilo unas reglas matemáticas para conocer la capacidad y peso del aire que pudiera almacenar la esfera. En primer lugar era necesario conocer la circunferencia del globo, que se obtenía al multiplicar la sexta parte del globo por 6. A continuación se hallaba el diámetro a través de una regla proporcional de 7 a 22, conocidas circunferencia y diámetro, se multiplicaba la mitad de ambos, resultando el área del círculo, y siguiendo con otras operaciones matemáticas, se obtenía la capacidad cúbica y el peso del aire.
           
            Beltrán estimaba que un globo con 13 o 14 pies de diámetro, podría elevar un peso de un hombre de 6 arrobas (unos 66 kilos). El letrado se había provisto de unos impresos editados en Valencia ese mismo año, donde se detallaban las instrucciones para construir un artefacto y poder obtener un gas volátil que permitiera la elevación de las esferas voladoras. Inicialmente, en el artilugio se introducía limaduras de hierro, seguidamente se vertía vitriolo (ácido sulfúrico) disuelto en agua, produciéndose una reacción química que liberaba hidrógeno por un conducto, y éste  insuflaba el globo que tenía adherido en su extremo, y se elevaba al ser desatado del artefacto.
            La parte inferior del globo acababa en forma cilíndrica, teniendo una anchura de 4 pies de diámetro, y llevaba incorporado un aro de madera con hilos para cerrar el escape de gases.
            El abogado conminaba a su emulador para que desarrollara  las prácticas aerostáticas, a pesar de las posibles críticas que recibiera, pues durante la época moderna, la clase nobiliaria española se dedicaba a menesteres ociosos, vivía de rentas y repudiaba los trabajos realizados manualmente. Así el letrado expresa:
cuios inventos devemos fomentar aunque la ignorancia y presumpcion de aquellos que aman el ocio y la diversion se mofe, burle, satirice, o ridiculice de nras indagaciones, pues de estos debe hazerse el mismo aprecio que haze la luna (segun el emblema de Alciato) de los ladridos de los perros quando con ellos intentan hazerle parar su carrera[vii]...”
           
            Además de las instrucciones y bocetos, Manuel Beltrán envió al caballero ilicitano el prototipo de una aeronave creada por él que resulta muy curiosa, y recuerda a los diseños del genial Leonardo Da Vinci. Al observar este boceto, vemos que presenta un perfil fusiforme, idéntico al casco de un navío, también lleva adheridos cuatro globos con un diseño aerodinámico puntiagudo en su partes anteriores para poder deslizarse mejor por el aire, y unas alas, timones y remos para maniobrar con la nave voladora. Esta concepción de aeronave  es muy similar a la de un barco de la época y obviamente está influenciada por las ideas científicas del momento, que semejan idéntico comportamiento a un objeto inmerso en el aire o en el agua.
            De lo expuesto, se deduce que Manuel Beltrán era un autodidacta bien instruido en las nociones de aerostática de su tiempo. Su personalidad refleja el perfil de un hombre ilustrado en la sociedad aspense del siglo XVIII, ansioso de conocer y experimentar los avances de la época. En mi opinión, un personaje interesante para una posible galería de aspenses notables.
            La exhibición del vuelo de globos en Aspe, debió convertirse en un acto multitudinario convocando a la gran mayoría de habitantes del pueblo. Beltrán debió dejar asombrabas y admiradas a las gentes de Aspe, que contemplaron un espectáculo insólito en sus vidas. En la documentación se expresa dos fechas en las que realizó sus prácticas en nuestro pueblo:

 “ Sexta parte del globo aerostatico hecho en Aspe y bolado el día 7 de Julio de 1784, por Dn Manuel Beltrán y Sempere Abogado en ella.
Dia 11 del proprio mes reboló para que la viese Monsiur Velory de Alic.te y el Ynformte de familiar para Poldo: se elevó rectamente hasta mas de 10000 varas y por estar muy quieta la atmosfera no pudo caminar y hizo su descenso a distancia de un quarto del citio de donde subio, su duración en todo fue de dies y seis minutos.”



[i] MEJÍAS LÓPEZ, Felipe: “Nuevas aportaciones documentales a la historia de Aspe.”. La Serranica, 1996.
[ii] Archivo Municipal de Elche. Serie Papeles Curiosos. Tomo I, documento n º 112.
[iii] Ídem. Papeles Curiosos  p. 578
[iv]    “            “         “              p. 574-5.
[v]    “            “         “           p. 578-9.
[vi]    “             “          “            p. 597-8.
[vii]    “            “         “              p. 588.



La ilustración que encabeza el texto está en las cartas que se citan, Papeles Curiosos, AHME
Ilustración central, Ascensión de un globo Montgolfier en Aranjuez, procedente de: http://www.museodelprado.es/enciclopedia/enciclopedia-on-line/voz/carnicero-mancio-antonio

1 comentario:

  1. holla amigos su espacio online es muy bueno,esto es la tercera vez que hay visitado su website, muy informativo!
    abrazo

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