lunes, 23 de mayo de 2011

Las elecciones desde mi barrio: 1. Las municipales



Decidí emplear mi tiempo haciendo seguimiento del barrio de Carrús, granero electoral del PSOE en cualquier convocatoria. Un viejo militante me dijo que para ganar había que doblar en votos al PP  como contrapeso a la masiva participación y el elevado número de votos en las mesas del centro y en las partidas del campo de Elche.
A media mañana parecía incluso que el porcentaje de votantes iba a ser más alto que en las anteriores a pesar del buen tiempo; en esa tesitura con una participación superior al 30% a las 12 del medio día, se alejaban las perspectivas de cambio de gobierno local. Sin embargo, desde esa hora en adelante asistí a una sorprendente bajada en la afluencia de votantes hasta terminar con datos de participación que  dejaban fuera de dudas la victoria electoral del PP ya a las seis de la tarde. Con algo más del 64 % al final estaban claros los resultados:  no se consiguió el requisito enunciado más arriba (180 PSOE, 110 PP donde estuve) en ninguna mesa de los distritos del norte, con la participación rondando el 60 y pocos por cien, frente a las mesas de predominio conservador con porcentajes cercanos al 80%. En el recuento se puso en evidencia qué había pasado: los votantes convencidos del PSOE acudieron en masa por la mañana, antes de dedicarse a pasar el día; en cambio los poco o nada convencidos, quienes generalmente lo hacen tapándose la nariz, sencillamente no fueron. A partir de las siete de la tarde eché en falta a familias enteras de vecinos progresistas.
Se me ocurrió intentar adivinar los motivos de la abstención por encima incluso del panorama de profunda crisis económica y social (creo sinceramente que no tiene sentido acudir a esa receta en especial si se usa como excusa para no hacer un análisis profundo del varapalo electoral): los jóvenes tal vez porque siguieron en la playa o / y porque estaban más en la Plaça de Baix que ante las urnas; los mayores porque lo que se les pedía (un voto de confianza a un político en una campaña pobre en ideas pero rica en recursos) era excesivo incluso para ellos. Otros porque seguramente pensaron que su inactividad propiciaba (como así ha sido) la alternancia, en definitiva una forma de conseguir que los paniaguados,  mal acostumbrados a que el de siempre les confirme en su “corralito” se vayan, incluso temiendo una nueva (o no tan nueva, porque siempre hay escoria que flota) hornada de estómagos agradecidos. Y de paso, un fuerte varapalo a la izquierda desunida, que a nivel local no ha sabido / querido / podido canalizar el descontento generado por la política del todo vale a que ha jugado el PP sin que el PSOE haya sabido zafarse de la pelea.
En definitiva con los resultados se han ido al traste dos paradigmas: el PSOE ha perdido el último bastión en la Comunidad Valenciana (digamos que ya no hay aldea gala que resista al César, con Astérix perdido entre la hojarasca) y también por primera vez en unas elecciones municipales, el voto conservador ha superado al voto progresista.
Sin embargo hay que terminar reconociendo lo evidente: algún mérito debe tener el PP y Mercedes Alonso (aunque yo no se lo vea), aunque solo sea insistir en su estrategia de desgaste hasta el final: lo primero que hay que hacer es buscar, analizar y reconocer los méritos ajenos para aprender. 
Dicho de otra manera: ¿ se atreverán las organizaciones correspondientes a revisar en profundidad estrategias, programas y objetivos?. Si no dan con la formula nos espera una larga travesía en el desierto y, lamentablemente, más cosas.


Resultados locales:
http://elecciones.diarioinformacion.com/resultados-elecciones/Municipales/Resultados/Comunitat%20Valenciana/17/Alicante/03/Elche/065.html

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