jueves, 23 de abril de 2009

Sant Jordi y bookcrossing

Por una vez y sin que sirva de precedente voy a comentar como me está yendo el día en el trabajo. Con alguna frecuencia aunque menos de lo que me gustaría, la red de Bibliotecas Publicas Municipales de Elche se embarca en iniciativas interesantes y hoy se está materializando una de ellas: la suelta de libros siguiendo el bookcrossing en conmemoración del día del libro. Según reza el folleto que se adjunta “Las Bibliotecas Municipales de Elche celebran el Día del Libro liberando 200 libros con la intención de fomentar una afición que no conoce fronteras: la lectura.

Si el día 23 de abril te encuentras un libro en la parada de autobús, en la estación, en el cine, o en una plaza pública, no pienses que ha sido olvidado o perdido. Se trata de un libro abandonado deliberadamente para ti, para que lo disfrutes con su lectura y después, si decides seguir con este juego, entres en la página web y, a través de su código , hagas comentarios, informes del lugar en donde lo has encontrado, indiques cuándo y dónde vas a abandonarlo. El juego es fácil: Lee, registra y libera”.

Me ha tocado soltar algunos en la Plaza de Madrid y alrededores (Plaça de l’Algeps y San Fermín). Lo he hecho alrededor de las 9 ½ de la mañana y no me resisto a comentar los resultados:

Estaba en plena tarea cuando se me ha acercado una mujer de cierta edad con uno de ellos en la mano (La carta esférica de Pérez Reverte), me ha preguntado si se lo podía llevar y donde y cuando tenía que devolverlo. Una vez que le he informado de cómo funcionaba la cosa, los ha ido curioseando por toda la plaza y ha escogido otro más, con buen criterio. En eso que ha pasado una vecina y tras un intenso coloquio de patio han cogido otro; tras un poco de cháchara adicional han venido a decirme que les parecía una idea fenomenal, porque así podían leerlos a su ritmo y que no me preocupara porque los iban a volver a dejar como nuevos en la plaza en cuanto los terminaran. Las he visto irse contentas –aunque no tanto como yo– en animada conversación. Ya había terminado de repartir cuando un chaval ha visto de pasada, justo al lado del paso de peatones una novela de Salgari. Ha frenado en seco y la ha cogido, se ha sentado, la ha hojeado, ha mirado con cierto aire delictivo –y yo haciéndome el sueco, como se dice– y se lo ha metido en el bolsillo.

Ahora mismo, las 12 del mediodia solo quedaba en su sitio un libro de poesía valencianocatalanobalear.

No puedo evitar citar lo que fué la primera iniciativa municipal de lectura, la Biblioteca Popular Maciá, inaugurada a bombo y platillo durante la Dictadura de Primo de Rivera en 1927, como inutil intento de emular el relativo éxito de las bibliotecas que las sociedades culturales mantenían ante la falta de interés del Ayuntamiento. La Biblioteca (sic) era apenas un armario con libros en medio de la Glorieta, sin personal que la atendiera, con la vana pretensión de que los ciudadanos leyeran sus libros en el jardín y después los devolvieran. Un año más tarde el Ayuntamiento se vió obligado a hacer un llamamiento en prensa ante el lamentable estado de sus restos: la mayor parte habían desaparecido y los que quedaban estaban lamentablemente rotos e inservibles. En 1929 se cerró. Quiero creer que corren otros tiempos y que nuestro nivel de civilización ha subido muchos enteros. Espero contar que he visto alguno de los libros liberados en Elche y que hay noticias del viaje de otros. Se lo merecen los libros, los ciudadanos y la Biblioteca.

Ilustraciones procedentes de http://www.bookcrossing-spain.com

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