sábado, 23 de agosto de 2014

Un paseo alrededor de los Olmos en Elche con Raúl Agulló.


El Olmo,  en especial el Ulmus minor, extendido por toda Europa, Africa del Norte y parte de Asia, está de hecho en vías de extinción por el ataque combinado de un escarabajo (enfermedad de la galeruca) y un hongo que usa al escarabajo como vector de su propia infección: la grafiosis; esta asociación está acabando de hecho tanto con olmedas como con árboles solitarios, hasta el extremo de que no se recomienda plantarlos si no hay un tratamiento preventivo. No obstante fue y aún es un árbol frecuente en el término municipal, pese a las recientes pérdidas. Su longevidad, la calidad de la sombra que ofrecen, su porte y su madera explica la presencia histórica de estos árboles e incluso que la monarquía borbónica ilustrada recomendara su plantación como árbol de ribera. 

También hay fuentes que citan que el reparto de agua de la Acequia Mayor se hacía debajo de La Olma, un árbol varias veces centenario existente en la Plaça de Dins o Plaça i Dalt, que de cualquiera de esas formas se nombraba el espacio hoy ocupado parcialmente por la excavación arqueológica enfrente del Mercado Central, espero que por mucho tiempo[1]. La Olma fue capaz de vivir metiendo sus raíces en los aljibes de agua de lluvia existentes en las inmediaciones, como recogen los acuerdos municipales de finales del XIX según el índice de remisiones de D. Pedro Ibarra existente en el AHME, tanto el Olmo como un Eucaliptus contiguo fenecieron en época reciente y no fueron las plagas.
Otra cita histórica de interés que puede servir para enmarcar la presencia de los Olmos viene dada en el Manuscrito de Tarrega que a continuación se expone.

En el dia 20 febº 1749 = Plantó la
Villa de orden del rey, muchos
olmos por la Sequia Mayor y
algunas otras sequias particu
lares llamadas Brazales; pero
no pudiendo llevar dichos árboles
esta agua salada se perdieron
y algunos que queda
ron  no sirven para nada;
y siempre que los planten suse
derá lo mismo a causa de no
ser esta agua al intento
por ser árbol que no se
luze sino  en el agua dulse[2]

Como reflexión adicional, el agua dulce llega con la sociedad de riegos El Progreso hace algo más de cien años. Resulta significativo que algunos de sus brazales aún estén poblados de Olmos. Y es que el argumento de Tárrega es consistente o sea que es poco probable que hayan olmos alrededor de los brazales de la Acequia Mayor salvo que se utilicen para regar por Nuevos Riegos El Progreso o Riegos de Levante.
Una pérdida más reciente es la que se puede constatar en la olmeda que había en el paraje del Racò de Morera, antes de que se secara por el desvío del curso de la mina de agua en la sierra de Ferriol. Entre esta foto


y estas, en las que se pueden apreciar los troncos secos
Fotos  recientes del Racó de Morera desde otra perspectiva, cortesía de Sergio, responsable del interesante blog Rutas y  vericuetos


apenas han pasado unos cuantos años.

Olmo en la carretera de Santa Pola
Otra digna de mención es el olmo centenario ubicado junto al Parque Infantil de Tráfico frente a la Avenida, que se secó hace pocos años durante unas obras de entubamiento de un colector de aguas a desaguar en el margen izquierdo del cauce urbano del río Vinalopó. 
Si Hablamos de Olmos vivos, en el término municipal ilicitano sobresale la población de olmos en la ribera de uno de los canales de riego más antiguos de Elche, concretamente en el canal de Nuevos Riegos El Progreso más próximo al casco urbano en el margen izquierdo del río Vinalopó. En otros tramos al oeste del río también hay varios ejemplares emblemáticos. Vecinos en la proximidad de varios canales han trasplantado hijuelos a sus fincas privadas, y ya hay algún ejemplar casi centenario.
Dos ejemplares monumentales
El único patrimonio monumental reconocido por la Generalidad en este ámbito son los dos ejemplares más que centenarios, uno en la ermita de San Isidro Labrador en el Derramador[3] del que hablamos en su momento:
http://www.yporquenounblog.com/2013/05/en-torno-al-olmo-centenario-de-la.html
http://www.yporquenounblog.com/2013/08/en-torno-al-olmo-centenario-de-la.html
http://www.yporquenounblog.com/2013/11/la-marcha-de-mil-camins-i-una-meta-un.html
 y otro en los alrededores del despoblado de San Francisco de Asís en la sierra del Molar, declarado árbol monumental por la Generalitat Valenciana; ambos abandonados a su suerte ya que han sido objeto de tratamientos adecuados para atajar la plaga de forma desinteresada por la empresa Fertinyect y MASVERTICAL, proceso del que también se ocupó en su día Raúl Agulló:
http://www.campdelx.es/olmo-mas-antiguo-de-elche-el-molar/
http://www.campdelx.es/ante-la-desidia-autoridades-publicas-a-d-r-logra-poda-y-endoterapia-del-olmo-centenario-protegido-en-la-sierra-ilicitana-de-el-molar-gracias-a-la-colaboracion-gratuita-de-las-empresas-masvertical-y/
La gente de MASVERTICAL en pleno trabajo en El Molar
A destacar también los olmos que se sucedían en los kilómetros iniciales en ambos márgenes de la carretera de Santa Pola, particularmente en el área de influencia de los barrancos que la cruzan, y en la zona de confluencia con el citado canal histórico de riegos. Ya van subsistiendo menos ejemplares, algunos reubicados tras las vallas de los chalets porque estaban situados en la misma orilla de la carretera. Estos presentan un mejor estado de conservación, porque muchos de los que sobreviven en el margen del canal de riegos, sufren la galeruca y la grafiosis asociada, o están en mal estado por el entubamiento y cementado de los márgenes del canal en varios tramos. Por el contrario, donde el canal está descubierto, tiene mucho encanto pasear disfrutando de los olmos y del paisaje entre huertos de palmeras.
Como contrapunto vale la pena citar un conjunto de olmos en un brazal de Marchena en el cruce del Vinalopó con la carretera de Dolores. Siempre me han llamado la atención por la altura y el volumen del follaje. Creyendo que era un ejemplar único decidí hacerle fotos y medir el perímetro del tronco a 1’20 m de su base y me encontré con dos sorpresas: una que no hay un solo árbol, sino cuatro, de diversos grosores entre los que destaca un ejemplar con 2’40 m. de perímetro; la segunda es encontrar un fuerte tirante de acero abrazando el tronco y algunas ramas de al menos dos ejemplares, para sujetar una palmera que languidece en el interior de la sombra de los olmos, de manera que el cable se ha  quedado dentro de los troncos y las ramas; es algo que tarde o temprano le pasará factura al árbol, si no lo está haciendo ya.
Olmos en la carretera de Dolores
Detalle del cable en uno de los troncos
El cable en otro.

Raúl Agulló y Palantir



[1] Cito de memoria pero en el trabajo de Gregorio Alemañ publicado aquí [enlace] se menciona.
[2] Recorte sobre una foto de Gonzalo Martínez Español correspondiente al manuscrito de Jaime Tárrega fechado en 1742 existente el Archivo Histórico Municipal de Elche denominado Colección de noticias o Manuscrito de Tárrega. La signatura es 70 A 13. Gonzalo supervisó además la transcripción del texto.
[3] Suponemos que uno de los dos olmos incluidos en el inventario es el de la Ermita, aunque no se le cita bien, ni coinciden los datos de geoposcionamiento, pues los declarados se sitúan junto a la ermita de San Francisco de Asís del Molar  y allí solo hay uno.

jueves, 14 de agosto de 2014

Sis plantes de jardí: Baladres Gaspar Jaén i Urban

En el apartado de botánica festiva local más o menos vinculada a la tierra, al verano y las fiestas hoy tocaba reproducir el texto de Gaspar Jaén dedicado a una planta de apariencia tan elegante como su nombre latino: Nerium Oleander, con un nombre castellano también poético (adelfas) y en valencianocatalanobalear no tanto (baladre). Siempre procuro introducir un texto propio que considero de cierto interés, pero hoy voy a hacer una excepción, dado que el que reproduzco ahora dice lo que quería apuntar pero más corto y mejor, publicado en el Diario de Cadiz con el sugerente título...
¿Somos adelfas o cardos?
ANTONIO / MORILLO / CRESPO | ACTUALIZADO 17.07.2008 - 01:00
¿Te gustan las adelfas? Casi no nos damos cuenta, de tanto verlas, ni nos fijamos en su hermosura y belleza. La primavera pasó y se agostaron las demás flores del campo, sólo quedan las adelfas en los arroyos, en los regueros, en los tragantes. Los setos corren a través de las carreteras y autopistas dando color y alegría a los caminos, de Chiclana a La Isla, de Cádiz a Sevilla... Sus colores blancos, rojos, amarillos, rosas, inundan el paisaje. Voy por la carretera y pienso que somos como las adelfas. ¿Qué sería este camino sin adelfas? Alguien me dijo que las adelfas crecen tanto y tan frondosas en las carreteras, porque se comen en su fotosíntesis, el anhídrido carbónico que expulsan los motores. Y hasta puede ser verdad. Lo cierto es que es una maravilla, viajar en aras de la fantasía y por un camino de rosas.

La adelfa, según los botánicos especializados en eras geológicas, es una planta del Terciario, que ha permanecido inalterable millones de años. Y así llevamos nosotros la genética de aquellos turdetanos iberos, que poblaban la prehistoria. Resiste el calor, la sequía, los suelos agrestes, y el viento, por eso será tan nuestra que se ha hecho endémica de estos campos, como nosotros, tan endémicos que nos vuelve locos nuestra tierra, nuestro medio ambiente. Necesitamos como ella para vivir la luz y el calor. Pero a cambio, como ella también, somos muy peligrosos, somos planta tóxica, muy tóxica, tenemos heterósidos cardiotónicos, digitálicos, de manera que se pone el corazón disparado con cualquier cosa. Y otro detalle, nos hibridamos con tremenda facilidad, somos un pueblo mezcla de razas, de sangres y de espíritus, como las adelfas que se cruzan y brotan flores mezclas de todas clases, nada de rh exclusivos ni de alergias racistas. 
Su nombre nerium oleander, nos viene del dios Nerus, dios del mar y es que pienso, estamos hechos de barro amasado con agua del mar. ¿Cómo si no tenemos esa fantasía de volar en aras de la imaginación y cantar y suspirar y amar y llorar en alas del viento que siempre viene del mar poniente o levante? Aparco el coche para tomar unas notas, miro al campo lleno de rastrojos y de hierbajos. y pensándolo bien, ¿ seguimos siendo adelfas o hemos perdido digitalina, corazón y coraje? ¿ Nos hemos convertido en cardos?
Y ahora si el texto de GJIU:
Imagen procedente de www.floramu.com


No havien esdevingut encara plantes de jardí. Silvestres, verinosos, funeraris, amb una saba blanquinosa i espessa que, com llet apegalosa, s’enganxava als dits quan n’esgarraves una branca, amb el fullam sempre verd, lanceolat i fosc, en arribar l’estiu florien espectacularment, exuberant, amb tot de flors perfumades, clares o embotides, blanques, rosades o lleugerament vermelles. Els baladres, però, assedegats sempre, eren arbusts que seguien el fil escondit i drenat de l’aigua subterrània al fons dels barrancs i de les rambles que s’obrien entre les serres que tancaven pel nord la contrada i per on baixava abundant, veloç, precipitada, l’aigua violenta de les torrentades. I cada any, el Consell de la Vila manava portar des d’aquelles serres una carretada de branques florides de baladre per encatifar els carrers del poble en la processó del Corpus.
No hi havia, doncs, baladres dins el recinte del jardí vell de l’hort. Tot guardant-ne l’entrada, però, davant mateix de la casa, en teníem tres exemplars gegantins, gairebé centenaris, dos de rosa i un de blanc, tots tres de flors embotides –amb abundants pètals enrotllats en cada floquet– que aixecaven per l’aire, fins una altura considerable, el seu abundant brancam i que es nodrien de l’aigua salada que corria per la sèquia, en un marge de la qual sorgien les soques poderoses, envellides, robustes i multiplicades. I sense que calgués tenir-ne cura, al llarg de l’estiu ens regalaven una florida abundant i generosa amb la qual, de nen, feia paganes ofrenes als déus de la natura: tot de flors emparellades a les caixetes seques –estretes i allargades, com piragües diminutes– que havien protegit les inflorescències de les palmeres, encara tendres.
Dels molts records que conserve d’aquells arbrots que vaig mirar durant més de mitja vida
m’agrada evocar l’agost que vingueren Miquel i Teia a la Festa d’Elx. Aleshores encara ens reuníem a l’hort la nit de la roà per conversar, llegir versos, menjar meló d’aigua i beure nugolet. Aquell any, el 15 d’agost al matí, després de la processó, hi tornàrem a replegar les deixalles de la nit anterior. Encara quedava síndria i, en la calor sufocant del migdia, cadascú n’agafà una tallada. Els dies de vacança solia tenir posada l’aigua per a regar l’hort i l’aigua, refrescant i joganera, s’escampava per les sèquies vorejades de palmeres. La Teia, tendral i somrient, la tallada de síndria mossegada a la mà, es va traure les sandàlies i, amb la faldilla arremangada, les cuixes esveltes i brunes a l’aire,
introduí els peus nus en el corrent d’aigua fresquíssima –talment una d’aquelles divinitats paganes dels boscos i de les fonts a les quals, de nen, oferia caixetes de ramàs farcides de flors de baladre. Per sobre, els tres baladres enormes, com una cúpula verda, feien ombra i deixaven caure una florida blanca i rosa de flors embotides, com un homenatge,
com una premonició, com un comiat. •
Fotografía procedente del diario ABC

Gaspar Jaén i Urban. Escriptor i poeta. Professor del Departamentd’Expressió gràfica i Cartografia de la Universitat d’Alacant. Hay versión digital en la revista mëtode 72, en pdf

viernes, 8 de agosto de 2014

UN SUEÑO DE VERANO: EL TARAFA Y EL HUERTO DE LA CUERNA

En el corazón del Palmeral histórico de Elche, el Clot des Tres ofrece a la vista el lavadero, una simple sucesión de sillares inclinados casi a la altura del suelo que facilita las tareas de las mujeres. Otros Clots históricos que se reparten en el Palmeral Histórico, asociados al sistema ancestral de riego permiten ver los partidores para derivar el agua por turnos a los huertos colindantes. El paseante observa que está abierto el correspondiente al Hort del Monjo que está recibiendo uno de los dos riegos anuales que corresponden a los huertos públicos de la ciudad. Alrededor de los pequeños embalses, bancales de titularidad municipal aparecen cultivados en especial el parcelario que aún mantiene la apariencia agrícola, antes inculto y declarado "zona verde", cuando en realidad solo se acondicionaron las sendas y caminales. Cada ciudadano que haya satisfecho la cuota correspondiente tiene derecho tras adjudicación por un riguroso sistema, a cultivar hortalizas y verduras siguiendo el modelo de agricultura social aplicado con éxito en el Huerto de la Cuerna, mediante un moderno sistema de riego por goteo que en este caso se toma desde el pequeño embalse de cada Clot. El agua que se emplea está relativamente limpia porque se toma de las fuentes y nacimientos del Tarafa, haciendo valer los derechos históricos de uso de aguas a favor del Ayuntamiento de Elche, separadas de las aguas del Vinalopó mediante una toma que se sitúa aguas arriba de la confluencia con el Vinalopó prolongando en unos 500 m. el canal de derivación del ingeniero Próspero Lafarga de manera que el Vinalopó discurre por su cauce, mientras que las aguas del Tarafa, dulces y relativamente limpias, lo hacen por este canal y por la Acequia Mayor. 
Los cultivadores se comprometen a mantener y cuidar las palmeras situadas en hileras alrededor de las acequias de riego y en las separaciones entre bancales mientras les resulte posible hacerlo sin el concurso de los profesionales, palmereros encargados de mantener el buen estado fitosanitario de los huertos, podar, aprovechar y cultivar las palmeras más altas. El material resultante de las podas se tritura y previo tratamiento, se ofrece como compost a los agricultores sociales. Algunos trabajadores municipales actúan como monitores aconsejando y asesorando sobre sistemas de agricultura no contaminante, elección de cultivos e incluso de semillas, recuperando algunas de las variedades locales. Los turistas y visitantes pueden así observar un aprovechamiento similar al uso tradicional de los huertos, un ejemplo practico de lo que se expone sin vida en el Huerto de San Plácido. Huertos cultivados dedicados ahora a contribuir a la subsistencia de las familias más necesitadas. 
La ruta del Palmeral es así una forma de observar directamente huertos en proceso de cultivo siguiendo a grandes rasgos una versión actual de agricultura del oasis y también acercarse al patrimonio local menos conocido como las torres y las masías aún existentes en los huertos alrededor de la Vila Murada. En cualquier caso al menos una parte del palmeral histórico se mantiene viva porque se usa para la finalidad prevista desde tiempos ancestrales. A partir de las parcelas iniciales, el éxito del sistema hace posible exportarlo, recuperar los ramales históricos de riego en los que aún existen huertos de titularidad pública, quedando a expensas del Ayuntamiento el acondicionamiento, la puesta a punto de las acequias y embalses tradicionales,... El visitante puede acudir a la Plaza del Raval, en el que subsiste gracias a las aguas del Tarafa, la venta del agua sobrante, con los sistemas tradicionales de tanteo y fijación del precio...

Podría extenderme mucho más, pero basta dejar así el sueño; solo algunas citas obligadas:

  1. El uso social de los huertos de palmeras ya con Martín Sevilla como Concejal de Urbanismo se estuvo valorando, al menos que yo sepa o sea que viene de lejos. Corresponde el mérito de haberlo puesto en marcha en  nuestra ciudad al Concejal José Manuel Sánchez y a la AAVV del barrio obrero de Altabix; después algunos arquitectos y urbanistas han planteado el cultivo como requisito para la conservación del Palmeral histórico dado el escaso uso agrícola actual de los huertos, tanto públicos como privados incidiendo en que la declaración de Patrimonio de la Humanidad  incluyó los huertos y el sistema de regadío asociado a ellos; dicho sistema de hecho regaba las palmeras pero el motivo principal era regar los cultivos que se hacían en el interior de las cuadrículas que las palmeras delimitaban, así que en lo que debería tomarse como una experiencia de viabilidad, el Huerto de la Cuerna viene a demostrar que es posible obtener productos y rendimientos, si se vinculan a una finalidad social, en los que predomina la subsistencia, la necesidad o / y el placer de los ciudadanos urbanos por encima de la rentabilidad económica.
    El Tarafa, cerca de Barrenas
  2. Desde aquí agradecer a Gonzalo Martínez Español y Felipe Mejías López por enseñarme el Tarafa y sus fuentes, en especial las que hay cerca de su desembocadura en el Vinalopó. Cualquiera que haya leído las obras de D. Pedro Ibarra sabe que la ciudad vivió en una pugna continua con otras ciudades que pretendían discutir o menoscabar  los derechos preferentes de riego sobre el caudal del Vinalopó y sobre las fuentes del Tarafa que el Infante D Juan Manuel estableció para la ciudad recién conquistada a los árabes. Cada vez que leo las diatribas que nuestro ilustre cronista dedicaba a los asperos por distraer aguas de riego de uno y otro río, no puedo evitar unas risas.  En estos momentos sobre el Tarafa en su tramo alto desagua la depuradora de Aspe, con un caudal ecológico  de aguas poco contaminadas. No obstante una vez pasada la ciudad el cauce está la mayor parte de las veces seco. Solo al final del tramo, cerca del Castillo del río vuelven a salir aguas limpias y dulces que un poco más allá se mezclan con las salobres y contaminadas del Vinalopó. Felipe y Gonzalo me enseñaron los puntos en los que el agua brotaba de forma permanente. Y el caudal del Tarafa es más de la mitad del que lleva el Vinalopó a su paso por nuestra ciudad. No he ido expresamente a verlo pero iré a comprobar lo que sobre el mapa es evidente, a saber que desde la confluencia del Tarafa y el Vinalopó a la presa de Pavía, punto de toma de agua del canal de derivación de Lafarga, hay un trecho relativamente corto. En cualquier caso un sueño que con muy poco esfuerzo podría convertirse en realidad...
  3. Una reflexiòn final sobre nuestros patrimonios. Contrasta la enorme atención que suscita La Festa y la imposibilidad material de disfrutarla por viajeros y turistas, ya que solo es posible hacerlo unos pocos días al año. Si alguien quiere vivirla plenamente solo puede hacerlo los días 14 y 15 de Agosto. El Museo Escolar agrícola de Pusol tiene inconvenientes similares pues hay que desplazarse y a veces pedir cita, para poder verlo con detalle. Sin embargo el Palmeral histórico, que tenemos ahí mismo y que está siendo visitado un poco por todo el que viene por estos lares, apenas se percibe como un conjunto de jardines en los que predominan las palmeras, sin más historia. Si algún turista aventurero se atreve a hacer la ruta del palmeral puede llevarse alguna sorpresa desagradable pues siguiendo los caminales se entra en zonas y espacios poco recomendables según a que horas. El acondicionamiento del Hort de San Plácido a mi criterio solo puede admitirse como algo provisional, que debería ser sustituido más pronto que tarde por un plan más detallado recuperando puntos esenciales que sirven para explicar la historia y la formación de la cultura del oasis. Al final la inversión pública en ese Patrimonio se devolverá con creces.
Algunas citas:
Un documento fundamental en pdf: Historia y valoración del huerto por sus promotores La AAVV del barrio de Altabix
El vínculo entre el Huerto de la Cuerna y la UMH:
Agricultura social en Elche:
Huertos para educar ciudades: 

La foto del Tarafa se ha sacado del reportaje dedicado, que recomiendo ver, en Los Sullfamantis
La Mangrana del Misteri, recién restaurada bajo la dirección de Sixto Marco y con el patrocinio de Productores y comercializadores de granadas de Elche