domingo, 19 de agosto de 2012

Caminos iberos y canteras: Barranc de l’Escorfer



Una de las conclusiones provisionales a las que llegué en mis paseos por el norte del término ilicitano era la conexión entre los caminos y las canteras; en las inmediaciones de uno siempre hay otro y viceversa. Y como hipótesis adicional las más modernas por su factura están en el ámbito de influencia de los caminos aún en uso a diferencia de los excavados en la roca que dejaron de ser usados hace mucho tiempo, parcialmente conservados entre otras cosas por eso. En consecuencia hay canteras inaccesibles desde los caminos vigentes, asociadas a los caminos excavados en la piedra  (íberos o medievales, tanto da, solo una prospección arqueológica de ambos elementos terminará por aclarar la cuestión). 

Como ejemplo de lo dicho cabe mencionar el Barranc de l’Escorfer[1], sus canteras y su camino. Discurre en sentido N- S paralelo al de Ferriol y al actual trazado del Camino de Castilla y también comunica el Medio y el Bajo Vinalopó. Pese a su estrechez es perfectamente viable en el tramo que nos ocupa. Es tributario del Barranc del Grifo, con un final realmente escarpado y casi intransitable para carros cargados con piedras. Un poco antes desaparece el camino sin que sea posible determinar la vía de salida del barranco.


Una impresionante cantera, enorme por su tamaño y vieja por los signos de erosión visibles, está en sus proximidades. Aquí, como reflejan las imágenes se puede observar el sistema de extracción formando “capillas” según enuncian los trabajos de Pierre Rouillard y otros ya citados en anteriores entradas. 

Debe quedar constancia de que en determinadas partes la explotación fue sistemática, con paredes perpendiculares y marcas de extracción de bloques de tamaño regular, aunque sin llegar a la precisión y “limpieza”que se percibe en las canteras de Santa María o Peligros. 


Además, aparecen restos de lo que podría ser un muelle de carga muy cerca del final (visible) del camino, que no obstante se prolonga un poco más allá (de la cantera y del supuesto muelle de carga). Al final del barranco, cerca ya del término de Monforte hay otra cantera de modestas dimensiones con un camino de tierra muy próximo, pero no se conservan señales evidentes de conexión con el camino íbero más allá de lo dicho. A destacar además que salvo por sus extremos, es imposible sacar la piedra de la cantera de l’Escorfer  y se da la circunstancia de que al menos en dirección sur discurre el camino carretero tallado en la piedra. Queda claro que el camino es tributario de la cantera: por ahí salían los carros cargados de material.
 El ancho de eje es de tres pies íberos (unos 90 cm de centro a centro de huella) similar a las carriladas más antiguas descritas en El Molar[2], probablemente pertenecientes al periodo ibérico arcaico. Como he dicho más arriba también puede atribuirse a la Edad Media, según los especialistas único momento histórico además del que nos ocupa, en el que no se conserva el ancho de eje romano. 


Como particularidad, pese a la profundidad de las carriladas en algunos puntos, el espacio entre ejes apenas está trabajado, lo que contrasta con el camino de Ferriol o los estudiados por Broncano en El Castellar de Meca; faltan los trabajos de acondicionamiento del lecho central para facilitar el paso de las bestias de carga. Esas y otras diferencias sugieren que probablemente fue distinta la época de uso. 



Esta es la última de las carriladas, próxima al Camino de Castilla. Pese a haber sido limpiado el cauce con retroexcavadora (se perciben los dientes) se pueden ver los restos, con medidas de 0’90 m.

Otros elementos de interés
1.- A mitad del camino una enorme piedra bloquea el paso.



Y 2.- La font de l'Escorfer
Antes de llegar a la cantera aparece una mina de agua aún funcional con la escalera de  acceso en mal estado como puede apreciarse. Hoy en día el agua es salobre y discurre por un canal excavado en la roca aunque unos cuantos metros más abajo las filtraciones hacen que subsista un bosquete de pinos y cañas que destacan gracias a sus aportes sobre el entorno de bonsáis circundante. 





Y más cosas.

Una prueba: Las fotos de las canteras, el camino y la mina están en: https://www.dropbox.com/home/Public/ESCORFER

[1] Gracias a Juan Pascual he asignado el nombre al Barranco y a la cantera. Le pasé algunas fotos de la mina de agua e  inmediatamente me dio su nombre (Font de l’Escorfer) que he trasladado por mi cuenta y riesgo al resto de elementos. En consecuencia, cualquier error en la denominación es responsabilidad mía.
[2] POBLAMIENTO ibérico en el Bajo Segura : El Oral y La Escuera / Lorenzo Abad Casal, Feliciana Sala Sellés, Ignacio Grau Mira [et al.] (eds.). – Madrid : Real Academia de la Historia, 2001

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