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martes, 13 de octubre de 2015

El entorno de La Animeta: Els mollons de Bru



En el entorno de la Animeta es perfectamente visible en lo alto de la sierra del mismo nombre un enorme mojón de piedra y yeso. Me dijeron que en origen los conocidos como Mollons de Bru eran al menos tres, pero solo encontré restos claros de dos. Uno en un relativo buen estado, el que encabeza la entrada, otro totalmente derruido y en medio una acumulación de piedras que bien podría ser otro, pero al no ver alrededor restos de yeso no lo cuento.
Vistos desde nuestra perspectiva urbana y actual parece un contrasentido que alguien señalara límites tan notables a un territorio tan escaso de recursos aprovechables como el Norte del término, en un paraje en el que además parecen no existir apenas canteras (pero haberlas, haylas) ni otros aprovechamientos susceptibles de una demarcación, como el maderero o el minero. 

No obstante se me ocurre un motivo, sin base documental alguna, pues hasta la fecha no he encontrado referencias históricas a los populares mollons, si tenemos en cuenta que están situados alrededor de un recurso que en determinada época, en especial en la que le tocó vivir a José Brú y Piqueres y en el lugar señalado, acumuló una suma de iniciativas tendentes a buscar y encontrar agua tanto de boca como de pie en un ambiente de escasez crónica, agravado por la escasa calidad de las que proporcionaba el Vinalopó y los problemas de la vieja conducción de aguas del Obispo Tormo. 
Curioso detalle. Una rosa amarilla
De hecho el lugar está en medio de una serie de minas de agua dispuestas de forma escalonada, algunas aún en funcionamiento y que según Gregorio Alemañ podrían configurar un sistema de captación y almacenamiento de este recurso más que notable ya que, como en el sur del término, hacía posible su uso repetido. De hecho José Bru y Piqueres es uno de los típicos representantes de la nueva burguesía de base agrícola de mediados del XIX (v. De patricis a burgesos / Joaquim Serrano i Jaén, p. 213 y ss.). 

Restos del segundo. Se adivina que en su día fue uno de los Mollons de Bru por el yeso y el abultado perímetro.
Alcalde y Diputado provincial fue el principal accionista de la sociedad La Sonda Artesiana (escritura de constitución y reglamento fechada en 1840, existente en el AHME, Leg. 57 nº 20) dedicada, como su nombre indica a la búsqueda de la misma mediante la excavaciòn de pozos artesianos, un proceso cuya técnica y procedimientos requiere maquinaria pesada y difiere notablemente del sistema tradicional de las excavaciones horizontales o minas de agua.  

Da la casualidad que el padre de D. Pedro Ibarra, probable titular original de la finca, también poseía acciones de la que fue la primera sociedad local dedicada. Para terminar Juan Pascual me proporciona una versión entre nostálgica y poética del nombre del barranco. Les Animetes sería el nombre popular dado porque a él se asoman los mojones que en su día debieron tener un destacado tono blanco. 
Vista del Mojón desde el segundo. El collado del centro de la imagen podría tener otro.
Material de interés: http://rutasyvericuetos.blogspot.com.es/2014/10/las-aguas-de-la-perdiguera.html


jueves, 1 de octubre de 2015

La Animeta o las ruinas de La Arcadia feliz (1)

   
No teniendo Elche aguas de pie, las exploraciones han de llevarse a cabo por el único punto donde puede haberlas, por el Norte del término, derivaciones del valle de Biar, propiamente del Vinalapó. Digna es de especial mención la importante labor que está llevando a cabo en estos días el ilustrado doctor D. José María López Campello, en una extensa finca de su propiedad La Arcadia al Norte de Elche, en sitio donde de antiguo brota un pequeño manantial perenne llamado Animeta.

Estudio acerca de la institución del riego de Elche y origen de sus aguas / Pedro Ibarra y Ruíz, Madrid, 1914, p. 85

Tan poético nombre, La Arcadia, dado por nuestro ilustre cronista evocando una utópica sociedad agrícola feliz a la finca propiedad de un familiar político suyo (el Dr. José María López Campello) poco debió de estar en uso, pues me ha sido imposible encontrar otra cita, manteniéndose en cambio el popular Animeta de entrañables recuerdos. Los días de salir al campo a fer herbetes el día de l'Ascensió..., o en la Pascua cristiana (dies de mona...) muchos ilicitanos acudían al paraje a pasar el día, beber de sus aguas e incluso a recogerla para llevar ..., en definitiva a disfrutar. Así ha quedado reflejado en el folclore local. De hecho, hasta bien entrado el siglo XX aún era posible ir al lugar y beber de su fuente. 
Belloteras y valla
Bellotera de La Animeta
Detalle de los depósitos que probablemente acumulan el agua de la mina 
El desplome de la porchada ha afectado seriamente al tejado de la casa












Hoy lo único que queda en pié es la casa (reducida a su mínima expresión tras el desprendimiento de la porchada), la mina, las conducciones asociadas y el embalse circular que aún recoge un exiguo caudal probablemente aprovechado por una finca cercana situada en las inmediaciones del barranco, cuyo propietario, por cierto, ha vallado su tierra incluyendo la bellotera y el barranco.
Panorámica trasera de la casa con los piñoneros secos
Como introducción general recomiendo visualizar el vídeo de la revista MOPTI para conocer su estado hace menos de un año y comparar con el reportaje fotográfico adjunto que presento hoy, realizado hace apenas unas semanas.

Ventana abocinada 
1. La casa.
En el vídeo ya se perciben las edificaciones traseras y los corrales en un estado ruinoso; tres pinos piñoneros de cierta envergadura definitivamente secos (hace unos años aún vivían) acentúan la sensación de abandono del paraje. Quedaba no obstante la parte delantera, en especial el porche adornado con cenefas de madera.  En menos de un año se ha venido abajo afectando gravemente el tejado como se puede ver con lo que probablemente el deterioro de las dependencias que aún quedan se verá acelerado. 
Detalle del ventanal interior desde el salón
Suelo del salón
Escaleras. A la derecha acceso al palomar en la planta superior
En el interior, un salón ocupa todo el ancho de la casa con un  arco que deja ver las dependencias desde el salón. Detrás, la cocina, una habitación y unas escaleras. A continuación de la cocina una habitación excavada en la tierra a una altura inferior que conserva restos de enlucido, probable despensa construida de manera que aseguraba una temperatura constante a lo largo del año. La habitación a la derecha de la cocina, encalada, tiene vigas rústicas de olivera sin desbastar, como el palomar situado encima del salón, al que se accede por una escalera 
Cocina. Marcas dejadas por lo que sería un tiro de chimenea.
Probable despensa junto a la cocina
Viguetas de olivera en la habitaciòn
Detalle del techo del palomar
Teja de Quiles Cerámica ilicitana, con un  huecograbado que representa una palmera

En una próxima entrada veremos la mina y los alrededores.