lunes, 30 de marzo de 2009

Canción de hielo y fuego / George R. R. Martin



Esta entrada está dedicada a Rafa, a quien no le gusta Tolkien ni el Señor de los Anillos y no se atreve a soltarlo. A ver si esta si

Pocas veces más incluiré como "mi novela del año" un libro en cuatro gruesos volúmenes apenas empezado este, pero dudo que cualquier otra novela pueda proporcionarme más placer que esta, de momento.
Canción de hielo y fuego de George R. R. Martín es una serie inconclusa de novelas de fantasía épica con algunas precuelas. El autor es casi un clásico en el campo de la ciencia ficción, de quien tengo leídas dos hermosas novelas: Los viajes de Tuf y Refugio del viento (la comentaré con detalle dentro del mismo epígrafe más adelante) y un relato corto especialmente bueno en la antología de Orson Scott Card Los reyes de la arena, comentada en su día. El resto de lo publicado en castellano está en la memoria de mi Papyre, en la pila de pendientes.
La saga, aunque parezca una lectura adolescente por el tema –la fantasía épica banalizada es un campo editorial dirigido especialmente a ellos y de hecho hay una larga serie de sitios en Internet dedicados al mundo de Canción de hielo y fuego mantenido y animado por jóvenes– no lo es en absoluto, en especial si la comparamos con el Señor de los anillos, al que se parece en muchos puntos básicos: por lo extenso del relato y sus conexiones en un ámbito geográfico y temporal cerrado que no obstante se nos presenta como un mundo que parece abierto; por la presencia de la magia, crepuscular en Tolkien y renaciente en Martín,... pero como acertadamente destaca la crítica del New York Times extraída de uno de los enlaces citados, en el mundo de Martín no caben los hobbits ni los elfos, demasiado buenos o hermosos para sobrevivir en un mundo sórdido, lleno de personajes poco recomendables, oscuros, violentos, sádicos y de dudosa moral; donde hasta los mejores tienen su lado oscuro o viceversa y donde hasta los golpes de humor y de ironía son negros como boca de lobo huargo. Su presentación también es más compleja con tramas superpuestas, intrigas, traiciones palaciegas, asesinatos o incestos en un argumento que va derivando, sumando partes que se desarrollan de forma independiente en una especie de novela-río que se cuenta desde los personajes que intervienen, de manera que el interés del lector se va desplazando de uno a otro renovando el deseo compulsivo de continuar.
Como nota erudita creo que Martín como resultado literario procede de la síntesis de Tolkien y Jack Vance (autor que combina obras de ciencia ficción con la fantasía épica y la novela policíaca) en especial Lyonesse, tres novelas ambientadas en una serie de islas situadas en el corazón del mundo celta entre Irlanda, Armórica y el Cantábrico en la Edad Media. Si uno se sitúa en un ámbito mítico y el otro dentro de una cronología histórica pero en un ámbito geográfico imposible, Martín se centra un poco más al norte en una geografía y un tiempo también míticos, aunque el parecido del continente central con el Reino Unido es evidente y el contexto histórico está extraído de la Guerra de las dos rosas (Los York contra los Lancaster) trufado de unas cuantas barbaridades procedentes de la cruzada contra los albigenses.
Volviendo a los personajes, nunca olvidaré a entes tan poderosos como Daenerys de la Tormenta, Tyrion Lannister o Arya Stark, por la suma de peculiaridades que los hacen creíbles e increíbles al tiempo. Hasta el elemental Hodor ha dejado impronta en mi. Me dan ganas de imitarlo en cuanto se me agolpan las ideas y me faltan las palabras. Por si fuera poco es fácil trasladar el ambiente que evoca al cómic –y parece que hay bastantes dibujantes en ello– con resultados seguramente más adictivos aún.
Todo ello explica que por encima de mis muchas obligaciones, haya leído de forma compulsiva las 3 novelas que me faltaban de tacada. Leí la primera entrega tras su publicación en 2002 y me dejó anonadado. Las dificultades para obtener los sucesivos títulos, rápidamente agotados y el precio excesivo de la edición en cartoné –las editoriales saben como sacarle el jugo al comprador– han provocado que haya descargado y leído el resto de la saga y las precuelas en el papyre. Ahora lamento mis prisas por lo que he perdido: he agotado un hermoso filón en un tiempo demasiado corto. Pero prometo volver. Seguro. Cuando mi alma sepa que voy a sentir de nuevo los ríos cristalinos y los húmedos valles, las altas y orgullosas montañas del norte de Iberia, cuando esté respirando la suave brisa del atlántico en el verano, entonces volveré.
En resumen, estamos ante una obra redonda, muy amena de leer y que ya ha creado escuela, con mucha gente pendiente de los tres tomos restantes con la continuación de Tormenta de espadas y el final de la saga, a medias desvelado por el propio autor en su página personal. Tampoco tardaremos mucho en ver alguna versión cinematográfica o en serie televisiva además del cómic, donde ya existen aproximaciones.

jueves, 26 de marzo de 2009

La Biblioteca de Babel en las entrañas del Papyre


Yo sé de una región cerril cuyos bibliotecarios repudian la supersticiosa y vana costumbre de buscar sentido en los libros y la equiparan a la de buscarlo en los sueños o en las líneas caóticas de la mano... Admiten que los inventores de la escritura imitaron los veinticinco símbolos naturales, pero sostienen que esa aplicación es casual y que los libros nada significan en sí. Ese dictamen, ya veremos no es del todo falaz

Borges


Según los expertos, ya son necesarias varias vidas para que una persona pueda leer las obras de  literatura actual de interés medio que hay vertida en libros electrónicos.  Sin embargo lo peor es que tras poco más de un trimestre de cacharreo con el Papyre reconozco que en lo que queda de la mía, contando incluso con los favores de la diosa Fortuna, va a ser difícil alcanzar a leer todo lo que me he propuesto tras renunciar a leer todo lo que puedo atesorar. La lista de los interesantes para mi se va ampliando hasta resultar inmanejable. Antes era mi pila de libros pendientes y no solía tener más de 14 o 15, previamente localizados en las estanterías de mi biblioteca o de la biblioteca en la que trabajo. Ahora, en el espacio que ocupa la memoria interna del papyre, que es donde tengo solo lo que voy a leer, los pendientes se agolpan agrupados según mi torpe criterio, que finalmente y sin querer, coincide con el panorama inventado por el insigne maestro: una serie de celdillas hexagonales conectadas como un panal infinito, donde hay en cada una de ellas multitud de libros que pretenden hablarme cada uno con su tono hasta formar un insistente murmullo... 

Recuperado el carácter laico de las bibliotecas, desprovistas de atributos sacramentales ¿Será ahora ese ínfimo panal el definitivo lugar sagrado y litúrgico por el valor de lo que encierra y porque para llegar, para conseguir información útil, hay que ser antes un iniciado en sus misterios, arruinando para ello un tiempo largo y tedioso...?. Como vana represalia pretendo proporcionar un sentido a mis lecturas hasta hoy erráticas, casuales cuando no banales o innecesarias sabiendo que de nuevo estoy irremisiblemente perdido, que ando como ciego en la mayor biblioteca del mundo.

Fotografía copiada de:  lakbzuhela.blogspot.com La foto está casi en todos los rincones de la red, pero la elegí de aquí por su empeño.

lunes, 23 de marzo de 2009

Tengo un Papyre 2


Un problemilla: conexión USB 1.0

Resulta que para actualizar el sistema operativo del Papyre hay que utilizar una SD de medio giga al menos, limpia y con formato FAT 16. Hasta aquí ningún problema. Pero si se te ocurre utilizar la misma tarjeta del Papyre para hacer la actualización del firmware –el sistema operativo del cacharro– tienes que vaciarla, meter la nueva versión, instalar y  cargar de nuevo los contenidos; en definitiva transferir casi dos gigas de información por el USB 1.0. Nada más empezar le metí a la tarjeta una parte importante de mi librería digital y eso hace que la tenga casi llena, o sea un giga de vaciado y otro de reposición. En mi ordenador entre vaciar, instalar y volver a rellenar más de 20 minutos, cuando con un USB 2.0 apenas habrían sido apenas 5.

 Bueno, no es un gran problema y tiene fácil solución: utilizar la memoria interna del papyre (medio giga) para alojar las obras que vamos a leer y dejar limpia la tarjeta de 1 GB para las actualizaciones (bastante frecuentes, por cierto: tres de diciembre a marzo. Si añadimos las pruebas con los distintos firmwares que se pueden utilizar, el proceso puede ser más frecuente aún). Con el sistema que digo el ahorro de tiempo puede ser significativo. Basta descargar el firmware, copiarlo a la tarjeta , hacer la instalación y ya. 


miércoles, 11 de marzo de 2009

Noticias Elche

El grupo Prensa y Noticias posee una amplia trayectoria de periodismo comercial. Distribuye gratuitamente en varias ciudades del sur de la Comunidad Valenciana un boletín con noticias de actualidad y de interés local. En el caso de Elche la publicación se remonta al menos al año 2003. Por ello con el tiempo ha ido generando un archivo periodístico de notable interés; sin embargo no es fácil acceder a sus contenidos. La “hemeroteca” es una mera relación cronológica de boletines, difícilmente manejables cuando se desconoce la fecha de publicación; la utilidad de búsqueda que presenta no siempre proporciona resultados adecuados, cuando se desea hacer una consulta temática ya que  restringe el campo de búsqueda a las publicaciones más recientes. Tampoco se ofrece un listado de palabras clave o cualquier otra forma de acceder al contenido de publicaciones pasadas, y no debe ser dificil.

lunes, 2 de marzo de 2009

Las Consecuencias de tener un papyre entre las manos


Hasta la fecha he conseguido un montón de novelas importantes que me quedaban por leer, gracias al “círculo de amistades” surgidas en torno a unas cuantas páginas web de lectura y libros electrónicos. Novedades editoriales, agotados y libros inencontrables aparecen como por arte de ensalmo. Así, la pila de pendientes ha aumentado considerablemente, como nunca antes y eso que aún me quedan. En otras palabras, que lo de andar enganchado por la lectura está renaciendo en mí, gracias al papyre y sus enormes posibilidades.

Paso a narrar lo que ha caido desde diciembre (además de los comentados en el blog):

Conseguí un recopilatorio prácticamente completo de la serie de Lois Mc Master Bujold dedicada a Miles Vorkosigan. 

http://es.wikipedia.org/wiki/Serie_Miles_Vorkosigan

Se trata de unas 19 entregas. Había leído con anterioridad tres novelas de la serie y algún relato corto (En Caída libre, Fragmentos de Honor, que hasta la fecha me parece la mejor y que afortunadamente fue la que me introdujo en su universo, y digo afortunadamente porque es la primera en el orden de lectura y la primera que cayó entre mis manos pese a editarse estando casi concluida le edición del resto) y  Barrayar. Decidí continuarla con el Papyre. De momento, tras haber devorado, ahora en su orden natural de lectura, tres novelas y algunos relatos he decidido suspenderla por saturación.  (Jaja...).Volveré pronto.