viernes, 16 de enero de 2009

El Quinto día / Noticias desde un universo desconocido



El Quinto día es sin duda, una de las mejores novelas de ciencia ficción que he leído en los últimos años, y cada año leo algunas. Hay obras que te reconcilian con el género y esta es una de ellas. A pesar de su peso (1024 páginas) consigue mantener la tensión a lo largo de toda la narración. De hecho bastaron 4 ó 5 días de lectura compulsiva –signo inequívoco del placer de leer- este verano pasado para acabar con él. También tengo que decir que la he recomendado y quienes la han leído coinciden conmigo. Por cierto, hay versión electrónica fácil de encontrar y de pasar a cualquier dispositivo de lectura.
Se trata de una novela casi apocalíptica (alguien dirá: ¿¡Otra más!?... Pues sí, ya dije que la ruptura del “mundo feliz” que ha supuesto el 11 S y las consecuencias de la nefasta política de los EEUU en Oriente Medio están reflotando el género) solo que ahora en versión culta. El autor es de por aquí (europeo, vamos) y se nota porque el planteamiento es más profundo y el ámbito elegido no es muy frecuente en este subgénero. Solo se me ocurre mencionar a Verne y Melville como ilustres antecesores.
No puedo decir lo mismo del segundo libro. Noticias desde un mundo desconocido es una obra de divulgación oceanográfica totalmente prescindible a efectos de la lectura de la novela y que revela que el autor no es precisamente un entendido en el tema, lo cual le honra porque lo suyo es un excelente muestrario de capacidad literaria. Como lector habría preferido mil veces que me dejaran con el miedo en el cuerpo: ¿mira que si esos seres fueran una posibilidad real?, pero no van por ahí los tiros. Los antecedentes históricos de “Moby Dick” están ahí, se mencionan con cierto detalle y son escalofriantes, pero esa línea se abandona pronto. No puedo más que terminar por el principio: el libro empieza con una confesión del autor; nos dice que fue el editor, entre copa y copa quien le sugirió la idea de publicar el material que había recopilado para escribir la novela, un ensayo corto. Digo yo que tras la resaca se lo pensaron mejor y decidieron engordarlo, a costa del sufrido lector que es quien paga.

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