jueves, 26 de marzo de 2009

La Biblioteca de Babel en las entrañas del Papyre


Yo sé de una región cerril cuyos bibliotecarios repudian la supersticiosa y vana costumbre de buscar sentido en los libros y la equiparan a la de buscarlo en los sueños o en las líneas caóticas de la mano... Admiten que los inventores de la escritura imitaron los veinticinco símbolos naturales, pero sostienen que esa aplicación es casual y que los libros nada significan en sí. Ese dictamen, ya veremos no es del todo falaz

Borges


Según los expertos, ya son necesarias varias vidas para que una persona pueda leer las obras de  literatura actual de interés medio que hay vertida en libros electrónicos.  Sin embargo lo peor es que tras poco más de un trimestre de cacharreo con el Papyre reconozco que en lo que queda de la mía, contando incluso con los favores de la diosa Fortuna, va a ser difícil alcanzar a leer todo lo que me he propuesto tras renunciar a leer todo lo que puedo atesorar. La lista de los interesantes para mi se va ampliando hasta resultar inmanejable. Antes era mi pila de libros pendientes y no solía tener más de 14 o 15, previamente localizados en las estanterías de mi biblioteca o de la biblioteca en la que trabajo. Ahora, en el espacio que ocupa la memoria interna del papyre, que es donde tengo solo lo que voy a leer, los pendientes se agolpan agrupados según mi torpe criterio, que finalmente y sin querer, coincide con el panorama inventado por el insigne maestro: una serie de celdillas hexagonales conectadas como un panal infinito, donde hay en cada una de ellas multitud de libros que pretenden hablarme cada uno con su tono hasta formar un insistente murmullo... 

Recuperado el carácter laico de las bibliotecas, desprovistas de atributos sacramentales ¿Será ahora ese ínfimo panal el definitivo lugar sagrado y litúrgico por el valor de lo que encierra y porque para llegar, para conseguir información útil, hay que ser antes un iniciado en sus misterios, arruinando para ello un tiempo largo y tedioso...?. Como vana represalia pretendo proporcionar un sentido a mis lecturas hasta hoy erráticas, casuales cuando no banales o innecesarias sabiendo que de nuevo estoy irremisiblemente perdido, que ando como ciego en la mayor biblioteca del mundo.

Fotografía copiada de:  lakbzuhela.blogspot.com La foto está casi en todos los rincones de la red, pero la elegí de aquí por su empeño.

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