domingo, 28 de mayo de 2017

Un libro de Vicent Soler: Col·legi l'Assumpció de Nostra Senyora

Con más retraso del debido, me gustaría comentar con cierto detalle el libro de Vicent F. Soler Selva Col·legi l'Assumpció de Nostra Senyora d'Elx, publicado por la cátedra Pedro Ibarra de la UMH hace ya un año, una iniciativa editorial que está aportando un caudal más que interesante y necesario de monografías de interés local, ante la practica ausencia del ámbito privado. El autor cierra con la obra una serie de ensayos dedicados a analizar el papel histórico de las enseñanzas medias en Elche, tema por lo demás apasionante: 
Institut Nacional de Segona ensenyança d'Elx, Alicante, Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil Albert, 2013.
Institut Laboral-Tècnic d'Elx (1955-1975), Elx, Institut d'Estudis Comarcals del Baix Vinalopó, 2015.
La Casa de Gómez, sede del Instituto de Segunda Enseñanza y primera sede del Colegio La Asunción. Recorte de una fotografía del repositorio de la Cátedra Pedro Ibarra
Volviendo al tema que nos ocupa ahora, se cruza aquí el interés del tema tratado (el colegio fue el único centro de enseñanza media existente en nuestra ciudad en las dos décadas siguientes a la guerra civil) y la perspectiva personal, pues fui alumno de primer curso de bachiller en el último año de su funcionamiento (1962) tras la apertura del Instituto de Enseñanza Media La Asunción en 1963. La propuesta de Vicent Soler introduciendo, además del análisis los retazos de las memorias de alumnos (y profesores) consigue una fácil deriva a mis recuerdos. Hice el examen de ingreso en septiembre, preparado por mi madre, que me obligaba a repetirle una lección al día antes y como condición previa al baño en las barracas de Santa Pola. Ese verano lo tengo especialmente grabado por un tornado que arrasó muchas de las barracas plantadas, entre ellas la mía. Ya no volvimos ni se plantaron más barracas. Mi pobre madre no se daba cuenta de que escamoteaba las lecciones de religión, pues yo me creía suficientemente preparado con lo que ya sabía del catecismo. El examen de ingreso fue bien hasta que llegó el turno de Religión.  El cura me dijo que me aprobaba a condición de prometer que iría a misa todos los domingos. Así entré a recibir clases en una casona que pese a estar viniéndose abajo lucía una hermosa decrepitud: un gran portalón que permitía la entrada de carros, una ancha escalera, el estudio en la planta alta con Doña Celia sobre una tarima sobreelevada en el centro o la casi secreta biblioteca en la planta baja que guardaba en armarios acristalados además de libros, animales disecados. Solo algunas veces, en clase de religión por cierto, nos dejaban entrar allí, lo que generaba un ambiente muy especial. También era especial la plaza de Santa María, las casas de alrededor tan ilustres y decrépitas como el Colegio.
Pie de foto del libro: Plaza de Santa María un Domingo de Ramos. Al fondo, la fachada del Colegio La Asunción de Nuestra Señora. La casa donde se alojaba el Colegio era propiedad de la Mutualidad Patronal Ilicitana. En 1961 el Ayuntamiento aprobó la expropiación del solar y derribar el edificio para urbanizar el sector entre Santa María y el puente del Palacio, que estaba en construcción entonces (foto Monferval)

Era de los pocos alumnos que tenía que cruzar la rambla desde Carrús para ir al Colegio, que también era una aventura. De los profesores recuerdo con especial cariño a Celia Lozano, encargada del Estudio y profesora de Lengua y de Geografía, entonces mujer de Sixto Marco que también fue mi primer profesor de dibujo. ¿Alguien se puede imaginar a Sixto cabreado metiéndome un duro rapapolvo porque una y otra vez no traía el material de dibujo necesario para la clase?. Pese a ello muchos años después aún me saludaba por mi nombre con afecto, como Celia quien también me dio clases después en segundo de bachiller ya en el Instituto. 
Volviendo al tema, el prologo de Carmen Agulló Díaz se inicia con una frase que no me resisto a reproducir porque pone de manifiesto que las represalias del bando vencedor también se ejercieron sobre los pueblos de raíz republicana, llegando al ámbito educativo: "Innecesarios a todas luces". Esta frase, rotunda, sucinta y clara , inserta en el Boletín Oficial del Estado en una fecha tan temprana como agosto de 1939, donde se decreta la supresión  de diversos institutos creados en tiempos republicanos... decisión que pasaba por encima incluso de las necesidades de los dirigentes locales más cercanos al nuevo régimen. Pero es que los ciudadanos y la propia corporación municipal habían hecho suyo el instituto de la república, situado en la casa de Gómez precisamente por haber sido el resultado de una clara reivindicación de la practica totalidad de partidos políticos y organizaciones sociales a lo largo de la primera mitad del siglo XX.
Fotografía de Loty, en la que se puede ver al fondo la entrada al colegio
Eso también explica que las fuerzas vivas se movieran para proporcionar acceso al bachillerato a sus hijos sin tener que acudir a Alicante, impulsando la creación de un centro privado y poniendo a su disposición el local, los elementos materiales y la interesante biblioteca del instituto republicano, cuyos restos me tropecé después en los depósitos de la Biblioteca Central; incluso una parte del profesorado se mantuvo como docente del recién creado Colegio de la Asunción. Destaca el autor que pese a las limitaciones el colegio fue una institución avanzada para su tiempo por una suma de factores: la presencia de profesoras procedentes de la Institución Libre de Enseñanza, un cierto laicismo derivado de algunos profesores relacionados con el régimen republicano, la abundante presencia de lo que hoy se llamarían "actividades extraescolares" como el teatro y los deportes, a veces con participación de las alumnas, las becas que daba el Ayuntamiento y que favorecían que personas de clase media y baja pudieran cursar el bachiller...

viernes, 12 de mayo de 2017

La cantera del Cementeri Vell en el Rincón de Morera

Una de las consecuencias agradables de patear el Norte del término y divulgar  la multitud de elementos de interés que acumula es que se acuerdan de quien esto suscribe para abordar temas relacionados en otros medios. El documental de Juan Antonio Cuesta y El Pirulí recientemente reseñados en un artículo dedicado es un ejemplo más que evidente aunque no el único. Hace escasamente dos semanas José Vicente Castaño, director de la cátedra Dama de Elche de la UMH me pasó la fotografía que encabeza la entrada, por si podía ubicarla, pensando -acertadamente- que estaba tomada en nuestro término municipal. Le dije que hay pocos lugares en los que aparezcan canteras "cabalgando", es decir con puntos de extracción a varios niveles: los barrancos de San Antón y Santa María, Escorferos y Ferriol, lugar en el que es más que probable esté la cantera fotografíada, como veremos.
Fotografía tomada el 07/05/2017 buscando reproducir la toma del original
El elemento central para determinar la ubicación de la foto es la cantera del cuadrante superior izquierdo, por dos detalles: la apariencia escuadrada de sus aristas que nos indica que es reciente y por la particularidad de aprovechar una fisura en la roca efectuada por las aguas de escorrentía, un detalle poco frecuente y que me hizo subir a verla con detalle en el 2015 tomando además una serie de fotografías que a la postre han servido para ubicar la foto:
Panorámica vertical en la que se aprecia la fisura, la cantera superior y la caseta de los canteros. Foto tomada en 2015



Cantera superior en 2015

Detalles

Tornos abandonados
Se produce además la circunstancia de que en sus alrededores, tanto en la cantera superior como en las que hay en su base, muy cerca del camino del Rincón de Morera aparecen pertrechos de cantería abandonados: dos tornos y algunos barrenos metidos a conciencia en la roca 



La fotografía proporciona un montón de información interesante: esta hecha desde un lugar de fácil acceso, por la presencia de carros, mujeres y niños. Solo las canteras grandes con varios puntos de extracción como es el caso, disponen de él; de hecho ese debió ser el origen del que aún hoy sube desde el Rincón de Morera hasta el Cau de Mariano Ros.
Aunque ya se dijo en otras entradas, estamos ante las últimas canteras en explotación en nuestro término municipal; la cada vez menor demanda de piedra tallada obligó a su cierre: según nos informa una inscripción epigráfica en la conocida como "cantera del caballito" un poco más arriba de esta: 1966. Juan Pascual, a quien consulté para asegurar la ubicación de la foto me recordó que el material pétreo para el cementerio viejo se sacaba de allí, de ahí el título de la entrada. 

Cátedra Pedro Ibarra. Ficha de la foto

Cantera (principios siglo XX)


Descripción: 
Fotografía de principios de siglo XX de una de las canteras de la sierra del Ferriol. 
Muy probablemente es la cantera del cementerio viejo, situada antes del último chalé subiendo a la sierra"
(Información facilitada por Gaspar Agulló y Juan Pascual)
Obtenida de negativos de la colección de Victorina Esquembre, aunque la autoría, probablemente pueda ser de su padre Hermógenes Esquembre o incluso de Pedro Ibarra. 
Lugar: 
Elche
Fecha: 
Principios siglo XX
Fotógrafo: 
Esquembre?
Colección/Fuente: 
Col Victorina Esquembre
Conservación: 
Cátedra Pedro Ibarra (JVC)
Etiquetas: 
Galeria de Imagenes: 
Ferriol

lunes, 8 de mayo de 2017

Un plano del Azud de los Moros en el AHME


Con la signatura H 173 11 en la sección histórica del Archivo Municipal existe un pequeño plano a plumilla que sitúa y enumera los brazales del Azud de los Moros y algunas particularidades de interés. 
El documento está confeccionado sobre papel timbrado de 1856 formando un cuadernillo de 4 páginas de tamaño folio sin mumerar. 
La portadilla bajo el título Azud de los Moros contiene los sellos del archivo personal de D. Pedro (lo que indica que formó parte de su legado  y es muy probable que fuese material para la redacción de su obra “Institución del riego en Elche) y también los del Archivo municipal con su signatura antigua (formada por el propio D. Pedro, según creo) y el del actual AHME.  

Con la letra de D. Pedro se puede leer:
Planito con la delineación de su boquera, la del brazo de Buterris, la de la Olla y la del algarrobo, con algunas acotaciones vecinales  -- 1857


El interior a doble página con los sellos de papel timbrado, contiene el dibujo y la siguiente leyenda explicativa:
  1. Rambla o río Vinalopó
  2. Azud de los Moros     
  3. Primer brazo de otro azud llamado Buterri
  4. Seg.do brazo titulado la Olla
  5. Tercer brazo ent.do (ilegible:  entrando) por el del Algarrobo
  6.  Boquera de los Brotons
  7. Olivares de Je, (José) Selva últimos del (ilegible : emplazamiento) viejo
  8.  Parada que atraviesa José Selva
  9. Camino denomdo (denominado) de la piedra escrita
  10. Puente con dos acequias de los Brotons
  11.  Puente de José Selva
  12. Olivar y hacda (hacienda) de los Brotons
  13.  Parada que hacen los mismos
  14. Entrada de las aguas del camo (camino) y  brazo del Algor. bo   (ilegible: Algarrobo) a tierras de los  Brotons
  15. Desaguadero de tierras de los otros
El mapa aporta información adicional que puede servir para valorar el alcance del riego del Azud, que recorría la partida de Pusol antes de finalizar en la Bassa Llarguera, una zona semiendorreica parcialmente ocupada hoy por el embalse del Hondo) como veremos. Pese a su carácter esquemático es posible intentar situar sobre el terreno los brazos y hacer un seguimiento de los mismos, mediante Google Maps, SIGELX y Terrasit (sistemas de información geográfica del Ayuntamiento y de la Generalitat respectivamente) y con la serie de mapas y fotografías aéreas históricas disponibles en el IGN, de todo lo cual procuraré ir dando mi crónica aquí. 
Partidor aguas arriba de Buterris

1. La preeminencia del Azud de los Moros
En uno de los artículos publicados en su día por D. Pedro Ibarra resaltaba la importancia -y la diferencia- de este azud con los que estaban a continuación:
"Los azudes", en El Eco Liberal, 22 de mayo de 1892 
Obviamente, al situarse en primer lugar tras Marchena era el principal beneficiario de las aguas vivas procedentes del cauce del río por lluvias, avenidas y sobrantes del riego. Esa posición preeminente y el hecho de que el Pantano estuviera inutilizado las más de las veces, podría explicar su alcance, más allá del camino de la Piedra escrita a la altura del actual Museo de Pusol.
 Cuando describe los azudes en la p. 259 y ss. enumera cuatro brazos:  "El primero que se encuentra siguiendo el curso del Vinalopó, a la mano derecha, es el llamado de los Moros; es el más ancho y más antiguo de los tres. La presa tiene próximamente unos setenta palmos de ancho. En el Patrón de 1892 se describen los brazos y boqueras que comprende: Mayordomos de la caja mayor,  menor  y de los cuatro brazos en que se ramifica, llamados de Guterris o Buterris, de Jubalcarrera, del Algarrobo y del Alcavó. Además están consignados los desaguadores de Buterris y del Algarrobo"... Hay que anotar aquí que un ramal de Marchena también se denomina Alcavó, así que no cabe confusión: se trata de dos elementos distintos con el mismo nombre, por otra parte una denominación tradicional del valenciano-catalano-balear para nombrar las galerías subterráneas. En el Terrasit aparece ese nombre al N. del brazo de Algarrobo. El brazo Olla también se denomina en otros escritos Jubalcarrera, de evocador nombre.
Por otra parte, la mención a los desaguadores indica probablemente que estos brazos llegaban al sur del término, desaguando en lo que antes era La bassa llarguera, un terreno de "saladares bajos" (v. Rippa) ocupado hoy en día por la comunidad de regantes de Carrizales a caballo entre nuestra comarca y la Vega Baja del Segura.
Sobre el terreno aún es posible seguir en bastantes tramos el itinerario del Azud y sus brazos, que se dividen aguas arriba de la Argamasa, en un  paraje que acumula un montón de elementos de interés; sin embargo a partir de ese punto hoy en día tras el entubamiento y su soterramiento no siempre se pueden seguir cabalmente ya que el Azud se ha convertido en una sociedad de riego con la dotación procedente de la depuradora de Algorós que ya vimos en su día y con ello aparecen derivaciones y partidores por encima de los brazos históricos y a lo largo de su recorrido.


2.- El alcance del azud de los moros
Recorte de mapa del IGN remarcando las casas y el camino que menciona el mapa del AHME
Como elemento adicional de reflexión, se da la circunstancia que los brazos de azud llegan curiosamente a la parte "centuriada" del margen derecho del Vinalopó, con restos documentados de villas romanas.
Detalle del tajamar de Buterris

Superposición de acequias aprovechando la profundidad del azud
Véase además: 

DESFACIENDO ENTUERTOS: Assut dels Moros

Palantir en ¿...Y por qué no un blog...? - Hace 2 meses

En algunas entradas dedicadas al patrimonio hidraúlico local mencioné de pasada datos de interés en relación con los azudes del Vinalopó, elementos de importancia histórica teniendo en cuenta no solo el valor del agua dulce de avenidas que podía circular por el cauce, sino también los periodos en los que el Pantano estuvo averiado o bien cuando la Mayor y Marchena no hacían uso del agua que les correspondía; en esos casos era posible derivar al riego las aguas mediante los azudes que escalonadamente se disponían pasada la ciudad. D. *Pedro Ibarra* en su *Estudio acerca de la instit... más »
La fotografía que encabeza la entrada corresponde, según creo al partidor del brazo de Buterris.