viernes, 31 de enero de 2014

El año de los Ibarra: la tesis doctoral de Joan Castaño (y 2)

Una vez descargada la tesis en formato pdf hay que ir al índice porque los epígrafes incorporan enlaces que nos remiten al apartado o capítulo que queramos consultar, facilitando así “navegar”, hacer consultas de detalle o lecturas parciales de la misma. Así que sin más preámbulo a continuación la segunda parte del artículo de Joan Castaño con el inventario del Museo Ibarra de Juan Orts y Julio Segrelles aligerado de citas como dije y  traducido a “la llengua de l’imperi”.

...Hemos visto una muestra de las vicisitudes sufridas por la colección de antigüedades de Ibarra. Una colección que ilustraba espléndidamente el pasado ilicitano y que se reunió con esfuerzo y trabajo, pero también con voluntad desinteresada y generosa. Queremos confiar que el nuevo Museo Arqueológico y de Historia de Elche, que se inauguraba el 18 de mayo de 2006 con la presencia emblemática de la Dama de Elche y que se ha convertido en el Museo de cabecera de la ciudad, desarrolle una sólida tarea científica que justifique su existencia. Y dentro de ella, es imprescindible la restauración, dignificación, exposición y estudio de esta colección que, por otra parte, según queda demostrado, hay que considerar como el embrión originario del actual museo. Solo de esta forma saldaremos definitivamente los ilicitanos la deuda histórica que ahora mismo aún mantenemos con un hombre clave en la construcción del Elche contemporáneo, con Pedro Ibarra y Ruíz.

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APÉNDICE DOCUMENTAL

AHME, “Conservación del Museo Illicitano propiedad del que en vida fue Don Pedro Ibarra Ruíz” (Sig.: 173/28). Inventario redactado por Juan Orts Roman y Julio Ramón Segrelles 13-IX-1935, f. 27-43
 
Caixa núm. 62 de la col·lecció d'Ibarra: La Alcudia, solar de Illici...Sigue el estilo ibérico. Fitoideo o vegetal

AL EXCMO. AYUNTAMIENTO DE ELCHE.

 Por atenta comunicación de ese Exmo. Ayuntamiento de diez y seis de Abril fuimos designados los que suscribimos el presente escrito para que en unión de Don Leopoldo Gonzálvez Serrano y Don Alejandro Ramos Folqués y de varios Sres. Gestores nos hiciéramos cargo de los objetos que constituyen el Museo de Don Pedro Ibarra previo inventario, levantándose el acta correspondiente.
 Desde el momento mismo de nuestra designación nos vimos desasistidos de la presencia de Don Leopoldo Gonzálvez, persona muy competente, pero se vio por encontrarse como se sabe enfermo, e imposibilitado de llevar a cabo tarea tan penosa como la encomendada. Don Alejandro Ramos, alejado de Elche por encontrarse preparando unas oposiciones, igualmente tampoco pudo acompañarnos. Los Sres. Gestores también en las primeras visitas nos [a]compañaron y de ellos hemos recibido repetidas pruebas de consideración y ánimos, pero lo cierto es que la labor encomendada, por su propia naturaleza y por convenir que en ella interviniesen un solo equipo de cotejantes que se diesen mejor cuenta de su cometido, fue llevada personalmente por los exponentes; que así correspondía lo comprenderá el Concejo conocido sustancialmente este informe-inventario.
 Pecaríamos de ingratos si no consignáramos el entusiasmo y la singularísima competencia con que nos ha ayudado el ilustre Inspector de 1ª Enseñanza, Don Juan José Senent, como representante de Doña. Isabel Martínez, Vda. de Don Pedro Ibarra.
 Ante todo hemos de hacer presente a la Excma. Corporación Municipal que no nos hemos hecho cargo de los objetos del Museo Ibarra, como en dicha comunicación se nos oficiaba, porque la Viuda de Don Pedro se ha negado a hacer ninguna clase de entrega fundada en que el Convenio a establecer entre ella, como propietaria de todas las cosas de su difunto esposo, nos dice lo tiene tratado a base de suscribirse escritura Pública de la entrega y especificación de los deberes que con ella contrae el Ayuntamiento de Elche; y de que se le abonen las pensiones pendientes desde el fallecimiento de Don Pedro (Q.E.P.D.) por estar así reconocido por dicho organismo; debiendo suscribirse la Escritura dicha concediendo el Ayuntamiento a dicha Sra. como pensión vitalicia el sueldo íntegro que disfrutó su esposo en vida por su cargo de Archivero Bibliotecario, y estableciendo que dicha pensión tendrá una duración MÍNIMA de cinco años que, caso de fallecimiento de la causante antes de transcurrir esta cantidad de tiempo, la cobrarían los herederos de la referida Doña Isabel Martínez, Viuda de Ibarra; y añadiendo que, dado lo crítico de su situación económica actual, pues la referida Sra., fallecido su amado esposo y desapareciendo con él la fuente de ingresos para atender las necesidades perentorias, desde que la muerte le arrebatara a su compañero, está consumiendo los escasos ahorrillos reunidos en vida; por ello y a fin de no verse privada el día de mañana de los preciso incluso para su manutención, se nos ha hecho presente por ella misma la necesidad de establecer que la CESIÓN de los objetos del MUSEO mientras ella viva se entiende hecha en DEPÓSITO y que, caso de que el Excmo. Ayuntamiento por cualquier circunstancia SUPRIMIERA la pensión a la cedente o se retrasara aquel en el abono de dicha pensión por un plazo superior a TRES MESES, sentar el derecho de la Sra. Doña Isabel Martínez a REINTEGRARSE DE NUEVO de todas las piezas que constituyen el Museo de Ibarra y que son de su absoluta e indiscutible propiedad.
 Pesaron estos razonamientos en nuestro ánimo y por ello los dejamos anotados, pero comprendiendo que la misión que se encomendó a esa Corporación consistía fundamentalmente en saber lo que constituía el Museo, y que los puntos del contrato a concretar, determinar y suscribir era de la incumbencia del Excmo. Ayuntamiento y de la Sra. Viuda, fuimos derechos a nuestro cometido. Pero téngase por bien entendido que nuestra misión no pudo ser HACERNOS CARGO EN NOMBRE DEL AYUNTAMIENTO DEL MUSEO en primer lugar por no actuar la COMISIÓN completa que para el caso se nombró, y en segundo lugar porque para haber tomado posesión de las cosas hacía falta el consentimiento de la propietaria de ellas, y esta Sra., aunque con nosotros ha estado deferentísima y ha tenido las máximas atenciones, no dio su conformidad a la referida posesión por los motivos que llevamos expresados.
 Hablar y expresar lo que constituye el Museo de Don Pedro Ibarra nos llevaría muchísimo tiempo y se necesitaría para ello una preparación que desgraciadamente no tenemos. Baste decir que nos encontramos con una cantidad de objetos, antigüedades y cosas que superaban en mucho a nuestro cálculo; son tantas las actividades del ilustre ilicitano que tanto hemos de llorar, que merecen la pena de detallarse; no es sólo su labor de arqueólogo la que le dio justa fama y celebridad, hay de notable en él además sus cualidades de artistas del dibujo y la pintura, cultivadas con un acierto y competencia envidiables, sus trabajos como restaurador, como aficionado a la fotografía, a la numismática, a la heráldica, su labor inenarrable que llega a monomaniaca como coleccionista, y como archivero captador de legajos, y escritor insigne de la prosa limpia y severa que todos conocemos.
 Ante un panorama pues de objetos y cosas tan variadas, desde un códice medieval, a un álbum de fotografías de Roma, y desde una moneda acuñada en Ilici hasta una tallita en madera de unos tres centímetros de altura con unas esculturitas perfectas representando el drama de la Pasión de no sabemos qué época, y desde un abanico a una porcelana moderna, y desde un cráneo hallado en no se qué excavaciones hasta una colección de periódicos publicados en nuestra amada ciudad, se comprenderá nuestra perplejidad y la carencia de medios para llevar a cabo un Inventario como nos honró la Excma. Corporación al encomendarnos. Ténganse en cuenta nuestra falta de preparación, repetimos, para tan ardua labor y se comprenderá las dificultades que representaban el encasillado de cada cosa hasta el número de miles a inventariar.
 Tamaña dificultad procuramos obviarla del modo siguiente: pensando en que Don Pedro era hombre pulcro y meticuloso en sus cosas sabíamos que él habría de tener el INVENTARIO o relación de sus cachivaches hecho, y efectivamente a él acudimos encontrando un libro por él manuscrito que con el título de Catálogo del Tesorillo de un Amante de su Pueblo y clasificado con el número 576 de su sistema, se refiere según un sub-epígrafe como Inventario General de la Biblioteca y Objetos de Arte de la Propiedad de Pedro Ibarra Ruiz, la segunda página del libro en cuestión hecho en 1911. Además de este libro nos hemos servido de la obra del propio Ibarra Elche. Materiales para su historia y de otro manuscrito en rústica titulado CATÁLOGO DE MIS ANTIGÜEDADES.
 Éste último catálogo viene a ser una síntesis de aquel INVENTARIO GENERAL. Pero a este efecto Doña Isabel Martínez nos autorizó para que por el Excmo. Ayuntamiento se haga una copia del referido CATÁLOGO DEL TESORILLO DE UN AMANTE DE SU PUEBLO para que pueda servir de norma a quien se encargue de instalar y seguir el MUSEO. Pero rogando que el manuscrito original de todas las relaciones de objetos de su esposo desea conservarlo ella misma como recuerdo.
 La forma de inventariar los objetos de todas clases ha consistido en cotejar o comprobar por observación directa la existencia de los mismos quedando como testimonio de dicha existencia el círculo rojo que figura al lado del número que lleva cada objeto. Así cuantos números figuran acompañados de círculos rojos denotan la existencia de los objetos. Pero debe advertirse que cuando no figura al lado del número el círculo rojo no quiere esto decir que el objeto NO EXISTE, sino que NO HA SIDO ENCONTRADO por nosotros, pues si en muchos casos casi es notoria la falta, en otros es posible que nosotros no hayamos sabido dar con el objeto referido por nuestra inexperiencia y quizás el día que todas las cosas se trasladen a local más espacioso y adecuado aparezcan, pues aún con toda la severidad del archivero para sus anotaciones y sus fichas, encontramos nosotros en él un cierto desorden y una confusión en algunas clasificaciones que acaso para él fuera el verdadero orden.
 Queremos hacer resaltar en general que la cantidad de objetos acumulados por el ilustre Ibarra es sencillamente enorme. Parece mentira que haya dado tanto de sí en cuanto a trabajo la vida de un hombre: sólo trabajando durante sesenta o setenta años, diez y seis o diez y ocho horas diarias (como él las trabajó) de una manera infatigable y sin pensar en la menor compensación económica cabe llegar a juntar lo que este hombre ha juntado, clasificado a su modo, sistematizado, en una palabra, preparado para que sirva de base a UN GRAN MUSEO que es el que Elche a [y ?] él se merecen. Es un labor ésta que los tiempos futuros apreciarán más que nosotros; el tiempo transcurrido desde su muerte interrumpe parte de su obra, constituye un serio contratiempo para la admirable colección de periódicos o Emeroteca [sic] no continuada por nadie que sepamos desde que él cerró los ojos.
 Merecen destacarse en la Biblioteca dos libros que para Elche tienen un valor inapreciable: nos referimos al tomo admirablemente encuadernado, ilustrado, prologado, aclarado por el propio D. Pedro que lo encerró en un cofre-libro cerrado con llave en que se  contienen en numerosos pergaminos los privilegios de Elche en sus mismos originales suscritos por reyes, regentes, infantes y gobernadores; y a otro tomo también de pergaminos de privilegios y documentos históricos dejados por D. Aureliano Ibarra a su hermano y recojidos [sic], y encuadernados por Don Pedro, que con el sujestivo [sic] título exterior de DEFIÉNDEME, constituye un ejemplar también inapreciable. Sólo estos dos libros justificarían la adquisición del Museo todo, a nuestro poco entender: tales son su conservación, su contenido, y el cariño que se han puesto en que no se pierdan y vivan para admiración de los siglos.
 Junto a tamañas satisfacciones hemos de consignar algo también desagradable: hemos notado que faltan algunas cosas de importancia, en la Biblioteca no hemos encontrado algunos incunables de valor. Sabíamos también que guardaba Don Pedro una muy notable y valiosa colección de veinte y tantas Ágatas labradas con dibujos primorosos, de diversos colores, en rojo, azul, amarillo, verdes, que no hemos encontrado y que habrían constituido un complemento magnífico de los objetos vomitados por el solar de la loma de la Alcudia; la esposa de Don Pedro ignora el paradero de dichas piedras que se pueden nombrar como preciosas.
 Hemos considerado pues como MUSEO todo lo catalogado en los libros de referencia; habiendo separado (POR NO TENER INDICACIÓN DE ESE AYUNTAMIENTO EXCMO. EN CONTRA) como no afectas al referido MUSEO muchísimas cosas que no constando en el Inventario del propio causante, entendíamos que no había porqué incluir en el mismo.
 Entre otros objetos, existen los siguientes:
Los originales manuscritos de todas las obras publicadas por Don Pedro Ibarra. Y muchos originales también en forma manuscrito de obras inéditas. Algunos objetos tales como el mobiliario, algunos libritos de apuntes, los cuadros, unos pintados al óleo, otros de grabados, otros dedicados por sus autores, recuerdos algunos de la primera época de Don Pedro que pueden decirse que son recuerdos de familia; bastantes ejemplares de ediciones de sus libros y folletos, en una palabra: cuantos objetos SIN ESTAR CATALOGADOS entendemos que pertenecen a lo que se llama recuerdos familiares y enseres de la casa.
 Conste pues así para evitar torcidas interpretaciones posteriores.
 Para mejor entender vamos a hacer indicación de SECCIONES del conjunto de objetos por nosotros cotejados, haciendo indicación de los fallos que hemos encontrado, y estableciendo de antemano que es posible que haya habido por nuestra parte alguna falta de la debida inclusión de algunos objetos ya que son tantos y de tan varia contextura, época y cualidades.
 SECCIÓN DE ANTIGÜEDADES
Comprenden esta sección cerca de seiscientos objetos, piezas de naturaleza distinta, abundando sobre todo la cerámica. En esta sección se hallan comprendidas también las ciento sesenta y seis cajas de ejemplares (en número éstos de tres mil cuatrocientas sesenta) para el estudio geológico de este campo en la historia y que están reflejadas en la obra del propio Ibarra ELCHE. MATERIALES PARA SU HISTORIA.
Además de los objetos reseñados y comprobados, existen bastantes otros, seguramente adquiridos después del año que se formó el Catálogo. Así, debe consignarse una figura en piedra de ochenta y ocho centímetros de altura, con escudo, donde se lee: Ilise Victri.
 Hay que señalar como pertenecientes al Museo los siguientes objetos: Todos los tiestos o fragmentos de cerámica que se encuentran llenando los estantes colocados en la parte alta de las paredes y las contenidas en los estantes y vitrinas inferiores de la Sala Central del Museo. Además de las muestras variadísima de la cerámica existen también cráneos y huesos humanos en el estante y vitrina correspondiente a «4 YACIMIENTOS». En la vitrina inferior correspondiente a «La Alcudia», existen varias hachas reseñadas. En los estantes superiores correspondientes a «Algorós y la Moleta», existen tres safas [sic] decoradas, ocho platos grandes y una vasija de Alcora, siete escudillas con dos asas, de éstas, dos de reflejo metálico. Además, un tintero con tres pocillos. En estantes superiores correspondiente a «Población» y «Vinalopó» existen: Una safa [sic] y seis platos grandes azules, dos salseras de seis pocillos cada una. Sobre pared hay una vacía [sic] amarilla de Alcora. En estante superior correspondiente a «Castellar de Morera» existe una cántara con dos asas color melado, un jarro con asa, dos ollas de guisar, y cazuela con dos asas. En estante superior correspondiente a «Castillo del Río»: dos botijos modernos, una maceta decorada, un jarrón y un cántaro con dos asas. En estante superior correspondiente a «4 Yacimientos» y «El Molar»: siete vasijas. Sobre pared, pequeña ánfora reseñada. En estantes correspondientes al arco central hay: en uno, dos jarras antiguas y en el otro, dos pequeñas vasijas vidriadas color melado. Además existen dos bajo-relieves con marco de carácter gótico y una colección de cucharas antiguas, como asimismo de llaves de hierro. En el estante superior correspondiente a «La Alcudia» y «Puerto Ilicitano»: trece piezas de cerámica ibérica, algunas reseñadas, y anforita alargada. En estanterías superiores de la vitrina central: veinte piezas de cerámica vidriada de color amarillo y rojizo. En vitrinas verticales: once abanicos antiguos, quince bajo-relieves pequeñas de yeso y tres improntas de lacre. En vitrina corrida, donde está el Monetario, existen dos fragmentos de lápidas de mármol rojo con inscripción, colección de sellos en pasta y de correo, de España y Otras Naciones; fragmentos de terra sigillata con sello de alfareros, dos peines de madera, uno de éstos con espejo; fragmentos de lucernas árabes y de cerámica árabe con decoración incisa; un sello en lacre de cédula real; dos dientes grandes de selacio; fragmentos de cerámica hispano-morisca; dos pares de pendientes, dorados y negros, y cuatro pendientes sueltos; dos collares, uno rojo y otro formado por conchas de pequeños moluscos alternando con cuentas rojas; un salero de reflejo metálico sostenido por dos figuras de animal. Debajo, otra vitrina que contiene vidrios romanos, fragmentos de mosaico y de mármol con inscripción numérica. Varias vitrinas formando cubos que contienen: un casco de bomba de hierro, varios huesos; mandíbulas humanas y dientes de équidos, tres peines de concha, un ladrillo de zócalo, una pieza de bronce a manera de trípode con asa en forma de gancho y con púas en la parte superior.
 En la vitrina situada a la derecha del busto de la Dama de Elche, cajas con dientes de jabalíes, agujas y punzones de huesos. Fragmentos de tibias o flautas en hueso, una caja con cinco camafeos y tres en-tallas: otra caja con cuentas de collar y botones de vidrio; otra caja con lacrimatorios; dos cuchillos de piedra y otros pedernales labrados. En la vitrina situada [a la izquierda ?] al busto de La Dama de Elche: cinco lucernas árabes y diez y seis romanas, algunas fragmentadas. En la vitrina situada a la derecha, objetos de bronce, los principales, reseñados, ocho cajas con monedas de bronce y una cajita con monedas oxidadas. En las vitrinas inferiores a las ventanas-rejas: en la vitrina de la izquierda, existen dos palas de corsé en madera labrada, escuadra y nivel de albañil de bronce, sellos de lacre, cuatro relicarios, tres plaquetas de nácar labradas, un huso en hueso o marfil, con extremidad formada por esferas caladas, movibles. En la vitrina de la derecha: varias aplicaciones de metal, caja de pesos del año 1721, gumia [sic] árabe, varios objetos de hierro, tijeras y compás de proporción. Al lado de la puerta de la salida al patio, dos cuencos o lebrillos.
 
Caixa núm. 23 de la col·lecció d'Ibarra: Cauce y vertientes de la Rambla o Vinalopó. Objetos prehistóricos. Edad de Piedra
 SALA DE CERÁMICA MODERNA
En la parte que forma la puerta de entrada, existen colgadas dos cornucopias en azul y amarillo, cinco platos azules y seis de menor tamaño. En la estantería: cuatro platos de loza moderna, pequeños botijos, vasos y tazones rotos. Dos aguamaniles, uno de éstos de Alcora, sin tapadera. Más abajo, en las dos estanterías angulares, muestra variadas y fragmentadas de loza moderna y una colección de piezas pequeñas de vajilla para juego de niños. En la parte inferior, gran cuenco antiguo, vidriado, decorado en azul. Sobre las paredes del lado derecho, o paramento con relación a la entrada, existen en la parte alta once platos grandes azules, diez y nueve piezas de loza blanca estampillada, once platos pequeños blancos de loza moderna, un frutero blanco calado. Una tapadera de Alcora, siete piezas de cerámica vidriada en color tostado de carácter popular, un cuenco vidriado con dibujo en estrella. Sobre las estanterías de este lado existen: en la 1ª, tres jarros de color dorado brillante y muestra de vajilla moderna; en la 2ª, veintidós piezas de loza moderna estampillada. En la estantería situada encima de puerta recayente al vestíbulo hay cinco ladrillos y cinco tazones vidriados. En las estanterías últimas: 12 nueve vasijas de tipo popular, dos platos, dos botijos pequeños y dos jarras. En estante inferior, piezas vidriadas modernas de tipo vulgar. Sobre el mueble estantería con varios cajones existe: en la parte superior, cuatro piezas de porcelana china, un florero azul, una copia en madera labrada. Veinticuatro piezas de cristal, cuarenta y una figura de barro perteneciente a Belenes, dos jarritas de loza con tapadera. En otras pequeñas estanterías, fragmentos de piezas de cerámica y de figura en barro, de arte popular. Sobre la parte donde está el hueco de la ventana hay dos platos grandes y dos pequeños, cinco espadas y una escopeta bastón. Sobre estantes, loza blanca y dos jarras con un asa. Sobre las estanterías triangulares, piezas ordinarias de loza blanca, tazones y jícaras y botijos pequeños, de tipo corriente. Sobre la pared del lado izquierdo de la sala, con cornucopia dorada en la parte central, existen: once platos grandes azules; más abajo, ocho platos grandes de tipo popular, diez mancerinas, ocho platos medianos de porcelana, un florero y una taza de loza dorada moderna. Sobre la estantería corrida: diez y siete platos vidriados de tipo popular, doce botes de farmacia antiguos y completos, en azul; una vasija antigua decorada en azul; dos vasijas talaveranas, una de éstas pintada, y dos jarras de loza blanca de cinco picos; una aceitera vinagrera vidriada en azul; dos jarras de vino con agujeros de medida; cuarenta y dos piezas de loza, tazones y jícaras, de menor importancia. Sobre las ocho pequeñas estanterías, fragmentos de piezas de loza, tazones y jícaras sueltas.
 Sobre la mesa larga central, donde actualmente está la colección de álbumes y libros con fotografías y dibujos, existen dos lamparillas de aceite en cristal; tres velones en bronce; cuatro tinteros en piedra; uno en madera, otro en metal con salvadera; un reloj de arena; un mortero de bronce con almirez, un frutero de loza sobre el cual hay un cráneo humano y una arquimesa pequeña con aplicaciones, de hueso grabado. Sobre la estantería inferior de dicha mesa existen: tres cántaros grandes de tipo ordinario, dos botijos; tres salseras en barro rojo vidriado, una de éstas muy decorada; seis piezas de barro ordinario vidriadas en color melado; dos lebrillos decorados en azul, amarillo y negro, de los usados en la huerta de Orihuela; una safa [sic] vidriada en verde y amarillo; un mortero de piedra con almirez de madera; tres ladrillos decorados en azul; dos botes meleros vidriados con fajas azules y una arqueta forrada de cuero repujado.
 Sobre las paredes de esta sala existen cinco cuadros con grabados y diez y nueve con títulos académicos y nombramientos honoríficos a favor de Don Pedro Ibarra.
 ADVERTENCIA: Según manifestación de Doña. Isabel Martínez, existe dentro de la sala de cerámica moderna una vajilla de loza estampillada en negro que pertenece a su familia, un frutero de loza, blanco, calado, y cuatro tazones, cuyas piezas retirará cuando sea trasladado el museo por instalación en otro local.
 SECCIÓN DE MONEDAS Y MEDALLAS
Constituyen esta sección, de lo más completa que cabe, cerca de setecientas monedas clasificadas de distintas época y de distintos lugares, extranjeras inclusive, y además ochenta y siete medallas profanas y cincuenta y cinco religiosas.
 En las de tipo ibérico-romano:
No se han encontrado las monedas del catálogo números 1, 3, 4, 5, 6, 7, 9, 11, 13, 14, 17, 18, 21, 26, 27, 30, 33, 63, 73 y 114. En cambio, se han encontrado monedas hispánicas de Celsa, Turisso, Iliberis, Bílbilis, Oligam, Ilerda, Cose, Obulco, Seggisa.
CONSULARES: No se encontró la número 145 y 148 y en VARIAS, la de Ptolome o Filadelfo.
 ALTO IMPERIO: No se encontró la correspondiente a Plotina, esposa de Trajano, la de Julio Domna  y la de Constantino 1º.*
  BAJO IMPERIO: No las de Justiniano y Juan Temisce.
 HISPANO ÁRABES: En una caja figuran: tres monedas de oro; cincuenta y tres de plata y veinticuatro de cobre.
 CASTELLANAS: No se ha encontrado la moneda de plata de Alfonso X (página 15 del Catálogo de mis antigüedades); la de plata de Felipe IV (página 18); la de Felipe V (página 21); la de Carlos IV (página 23); la de J. Napoleón y la de Fernando VII (página 25); la de Fernando VII (página 28); la de Isabel II (página 29); la de Sancho Ramírez (página 31); y la de Felipe IV (página 35).
 Han sido halladas las monedas extranjeras que figuran en el Catálogo.
 Existen diez monedas de plata, tamaño del duro corriente, algunas reseñadas.
 Existe una caja con algunas monedas falsas y con improntas de cera, lacre, en papel, obtenidas con lápiz, algunas de aluminio y monedas en papel de Orán; otra caja con setenta y seis monedas, la mayor parte modernas, algunas de plata. Un platito de loza con seis monedas árabes de plata, y conglomerado verdoso de monedas rotas.
 Existen veintidós medallas grandes, de éstas, dos pontificales de plata, y dos cajas que contienen doscientas y cincuenta medallas pequeñas, respectivamente.
 Así mismo, existen veintitrés plaquetas de ágata y ónix.
 De éstas, diez y siete ovaladas, dos cuadradas, dos rectangulares y otras dos rectangulares con lados menores curvados. Igualmente, tres dijes pequeños con cristal. Existe una talla de madera en miniatura, de altura tres centímetros, representando escenas de la Pasión de J.C.
 SECCIÓN DE PINTURA Y DIBUJOS
 Constituyen esta sección veintiséis álbumes distintos de fotografías, dibujos, grabados, etc. encuadernados. Habiendo además dos álbums que contienen doscientos setenta y siete dibujos, algunos de ellos de valor, hechos o reproducidos por Don Aureliano Ibarra. La sección de grabados comprende setenta y ocho grabados de mérito y un par de centenares de estampas, algunas muy notables.
 Igualmente, hay algunos Álbums de curiosidades tales como fototipias y otras rarezas.
SECCIÓN DE FOTOGRAFÍAS
Constituyen esta sección setenta y dos cajas con diez y seis clichés cada una, que son otras tantas fotografías de importancia histórica para Elche.
 SECCIÓN DE ARCHIVO
Para esta sección existen tres tomos manuscritos por el autor que constituyen un extensivo catálogo de todos los documentos que, por paquetes, tenía archivados Don Pedro. Detallar cada uno de ellos sería tarea que nos llevaría algunos meses; estando como están y formando parte de la Biblioteca los ÍNDICES dichos, huelga explicación. Como se podrá ver, están comprobados de reciente por el propio D. Pedro.
 Merece atención aparte la dedicada por Ibarra a la EMEROTECA [sic], es decir, a colección de PERIÓDICOS publicados en Elche. Podemos asegurar que no se puede encontrar una colección más completa de todos los periódicos publicados en Elche, ni mejor conservada; puede decirse que desde la segunda mitad del siglo pasado y hasta su muerte se guardan y conservan los ejemplares todos de TODOS LOS SEMANARIOS Y DIARIO que han existido en Elche y visto su luz en nuestra ciudad. Además, hay otras colecciones de diarios españoles y trozos de los mismos en que se hace mención de Elche o de sus cosas.
 Existe una colección completa de los diario madrileños ABC y EL DEBATE de toda la época de la Dictadura de Primo de Rivera, desde el principio hasta el fin de la misma.
BIBLIOTECA
Esta importante parte del Museo aparece dividida en ramos según la materia de cada obra. Y la constituyen no sólo libros, sino un gran número de folletos y folletitos de toda clase, que tratan de todo, hasta formar un total de todas las obras que pasan de MIL EJEMPLARES, según consta en el propio catálogo. He aquí los detalles de cada sección:
TEOLOGÍA.- Constituyen esta parte de la biblioteca unas cien21 obras diferentes, casi todas ellas de valor. Pero faltan en ella las que bajo los números que se expresan están expresadas en el mentado catálogo. Éstas son las comprendidas bajos los números 1 (Incunable), 5 (Incunable), 9 (Incunable)*, 39 (1534)*, 62 (1520)*, 90 (1575)*, Un confesional del Tostado que no tiene número, un ejemplar de otra obre de 1503 también sin número, el nº 762 del Padre Claret, y los números 810, 817, 914*, 918*, 927, éstos últimos del pasado siglo.
BELLAS ARTES.- Constituyen esta sección setenta y cuatro obras faltando los números 248*, 348*, 472 y 477 que son Álbums, y varias carpetas, Q, T, V, X, Y, Z, los números 595 que es el Apolo de Saolmón Reinach y las carpetas de 991 a 993.
BELLAS LETRAS.- Constituyen esta sección doscientas diez y siete obras, faltando los números 7 (Incunable), 16 (1553)*, 74 (1608)*, un ejemplar de La Famalen liberata de T. Tasso (1843), sin número, 267, 285*, 287*,(1871), 310 (1882), 565 a 571 (actuales), 591, 594, 658*, 660, actuales, y 1016 (1885).
JURISPRUDENCIA.- Constituyen esta sección ochenta y cuatro obras, faltando los números 8 (1497) del Obispo Alonso de Cartagena (Incunable), 10 (1482) (Incunable), 279 (1820), 422*  y 784.
CIENCIAS Y ARTES.- Constituyen esta sección ciento setenta y cinco obras, faltando los números 240 (1863), 291 (1874), 336*  (1860), 393* (1778), 548 (1905), 558 (no se sabe), 610* (1912), 662 (1916), 737* (1863), 739, 740 (1787) y 999 (1931).
HISTORIA.- Constituyen esta sección doscientas setenta y una obras, faltando los números 957 (1918), 961 (1930), 962 (1929), 963 (1929), 981 (1922), 1002*, 13* (1552), 102* (1579), 144* (1840), 145* (1840), 147* (1842), 160 (1905), 172 (1632), 186 (1883), 263 (1895), 325 (1855), 338 (1896), 340 (1911), 366 (1907), 367 (1908), 479, 779 (Plano), 725 (1860), 812, 813, 818, 819, 820, 953, actual, 555 (1778), 518, 755.
No queremos dejar de hacer presente al Ayuntamiento que aparte del DIARIO llevado como bueno y veraz cronista por Don Pedro, existe el original de la HISTORIA DE ELCHE de la que es autor, ya preparada con adiciones recientísimas para que sea más completa, y la conveniencia de que esa Corporación Municipal se encargara o estimulara una edición de la misma, pues declarada la obra como de utilidad pública debiera leerse en las escuelas como se hizo hace años, pues ya que nos ha cabido la suerte [de] poder leer nuestros hijos la historia local, honor éste que no cabrá quizás a DOS PUEBLOS de España, es lástima que siga sin reeditarse la obra que ya Don Pedro quiso en su día.
 He aquí en síntesis el trabajo que hemos llevado a cabo. Sometemos a la consideración del Excmo. Ayuntamiento que no hemos dado por finalizada nuestra labor antes porque hemos tenido que alternar los deberes de nuestro encargo con las habituales obligaciones de cada cual en su profesión respectiva. Téngasenos pues esto en cuenta y que los cotejado son varios millares de objetos, y la época en que nos encontramos.
 Para finalizar, hemos de poner en conocimiento de las Excma. Corporación Municipal algo importante que nos comunica la Vda. de Don Pedro Ibarra y es que vista la lentitud en que se ha llevado el asunto y de que desde que se llevó a efecto el acuerdo de esa Corporación de pasarle la pensión, ésta no ha tenido realidad, y no habiéndose suscrito tampoco el oportuno documento notarial, concede un plazo máximo de UN MES a contar desde el día que el presente documento tenga entrada en ese Ayuntamiento para que durante él, queden las cosas debidamente sentadas y cobrada la pensión correspondiente; caso de que en este plazo no haya sido valorada su pensión y concretado y suscrito todo lo referente al Museo, Doña Isabel Martínez queda en amplia libertad para tratar sobre él con quien mejor le parezca, pues su situación económica no admite más esperas, ni demoras.
 Así nos lo hace saber para que lo traslademos a ese Excmo. Ayuntamiento.
Elche, a trece de septiembre de mil novecientos treinta y cinco.
Julio Ramón Segrelles [rubricado]
Juan Orts román [rubricado].

Fotos tomadas del artículo de La Rella, disponible en digital en
Joan Castaño i Garcia
Rella, La2008: Núm.: 21L'inventari del "Museo Ibarra"

Rella 21 - 220.indb - RACO

La foto de cabecera reproduce una vista parcial del Museo en 1920. En vertical, con caligrafía de D. Pedro, el autor de la foto y la fecha (5 de marzo de 1920).

martes, 28 de enero de 2014

Blogs de interés local en la plataforma de la UA


Ya van varias veces que cito blogs de la Universidad de Alicante en los que se recopila material de interés local, la última en concreto alrededor de la figura de los Hermanos Ibarra. Estos encuentros reiterados me han animado a buscar qué hay detrás y me sale que desde el 2007 la Universidad ofrece a la comunidad universitaria una plataforma a través de la cual crear y administrar blogs propios previo registro.
Como todo hay que decirlo, me parece una iniciativa excelente para canalizar la creatividad y el empuje de esa comunidad universitaria, especialmente los estudiantes, capaces como vemos más abajo de enzarzarse en temas espinosos y salir airosos del trance y con mérito; lo cierto es que hay una serie de blogs con contenidos que pueden estar vinculados o no a una actividad educativa, en los que en  ocasiones participa el profesorado, pero no siempre por lo que he podido ver. En definitiva un repositorio notable y en crecimiento aunque según las normas de la casa transcurrido un año sin nuevas entradas, o por decisión del creador / administrador pueden ser borrados, lo que en nuestro caso seria una pena. Algunos, como los que a continuación se citan deberían ser conservados entre otras cosas por la frescura que aportan.
De entre todos quiero destacar hoy una serie que se presenta bajo una cabecera común y con un tema monográfico a caballo entre la publicidad efímera, la propaganda, el diseño gráfico, la imagen urbana, etc. Escrituras expuestas de Elche intenta recoger un muestrario de las expresiones de comunicación pública de los ciudadanos y las empresas en nuestra ciudad y alrededores, mediante imágenes con comentario que incluyen desde las vallas publicitarias a los anuncios de pared o los grafitis. Están en pleno proceso de eidición de entradas y un poco en construcción pero dado el nivel alcanzado me arriesgaré recomendando al menos una visita. Me he divertido mucho y les aseguro que vale la pena.

Blogs bajo el lema Escrituras expuestas de Elche

Carteles y Pancartas


Inscripciones y placas en cementerios

Hace un par de días faltaba este blog, así que hoy 29 actualizo la entrada. La cabecera presenta la particularidad de reproducir uno de los graffitis míticos de nuestra ciudad. Lo incluí en una de las entradas dedicadas a este arte efímero y hubo quien me preguntó por él. Lamentablemente desaparecido por lo que me dijeron. 



En este, si pulsamos sobre Otros blogs sobre escrituras, nos enlaza a la serie completa


productos de la ciudadLetreros de mercadillos, letreros y anuncios de comercio, sin categoría

En general, aunque no siempre, se presenta la información por categorías y en ocasiones hay un buscador para facilitar la localización del material. El formato elegido en cada uno de ellos aunque presenta similitudes, es bastante diversificado con sus ventajas e inconvenientes. 
Ah, se me olvidaba, en realidad aparece todo un programa de aplicación de esta óptica a diferentes ciudades de los alrededores, con un puñado de blogs dedicados.
Enhorabuena
Se reproducen en lo posible las imágenes que encabezan cada blog.



viernes, 24 de enero de 2014

El año de los Ibarra: la tesis doctoral de Joan Castaño

Ya hemos citado en ocasiones varios trabajos de investigación universitaria digitalizados propiciados por una acertada decisión de largo alcance de las Universidades públicas españolas al ir generalizando los formatos de intercambio digital de las tesis y memorias de licenciatura aprobadas, en cualquier caso documentos que aportan un considerable caudal de conocimientos y materiales para la reflexión a los interesados. De hecho, la sección “biblioteca digital ilicitana” se nutre en buena parte de este tipo de aportaciones. Precisamente como material del tipo citado relacionado con el evento del año de los Ibarra tenemos la tesis de Joan Castaño y García Els germans Aurelià i Pere Ibarra. Cent anys en la vida cultural d'Elx  que se encuentra digitalizada y a disposición de quien desee consultarla en el repositorio del SIBID de la UA.
Reseña:
Descripción bibliográfica y enlace de descarga:

Título: 
Cent anys en la vida cultural d'Elx: Aurelià Ibarra i Manzoni (1834-1890) i Pere Ibarra i Ruiz (1858-1934)
Autor/es: 
Director de la investigación: 
Sánchez Recio, Glicerio
Centro, Departamento o Servicio: 
Universidad de Alicante. Departamento de Humanidades Contemporáneas
Palabras clave: 
Elche | Vida cultural | Ibarra y Manzoni, Aureliano | Ibarra y Ruiz, Pedro
Área/s de conocimiento: 
Historia Contemporánea
Fecha de creación: 
2000
Fecha de publicación: 
2000
Fecha de lectura: 
30-jun-2000
URI: 
Idioma: 
cat
Tipo: 
info:eu-repo/semantics/doctoralThesis
Aparece en las colecciones:

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Castaño i Garcia, Joan.pdf                 44,82 MB                 Adobe PDF

Otro enlace: 

Cent anys en la vida cultural d'Elx: Aurelià Ibarra i Manzoni ... - RUA


 De ella poco se puede decir más allá de lo ya dicho: estamos ante la biografía más completa de Aureliano y Pedro y de la relación entre ambos hermanos. Su lectura es imprescindible para quien quiera conocer la vida cultural de este pueblo en la trayectoria vital del ambos hermanos y también después pues todo parece girar alrededor de los temas tratados por ambos; en todo caso, además destacar que en ella cobra cuerpo la idea de continuidad en el proyecto diseñado por Aureliano Ibarra de manera que no se entiende a uno sin el otro, ni es posible analizar en toda su dimensión los esfuerzos de Don Pedro si se omite esa perspectiva. Solo así se explica que un artista en ciernes como lo fue el menor de los Ibarra colgara los pinceles y los cambiara por los estudios de museística, paleografía y arqueología, disciplinas en las que Aureliano apenas tenía conocimientos o era un autodidacta (de postín, como se aprecia en las excavaciones arqueológicas y en su gran obra, la Illici..., que espero poder presentar en el blog  y en la Biblioteca Ilicitana digital  al término del año dedicado). Además en la biografía de Joan castaño Don Pedro deja de ser un erudito para convertirse en lo que realmente era, un historiador apasionado, eso sí, por nuestra ciudad, su historia, sus monumentos y su gente.
Como introducción, reproduzco en dos partes un artículo de Joan Castaño publicado en la revista La Rella en 2008, que bajo el significativo título El inventario del Museo Ibarra se resumen las peripecias del legado de Don Pedro Ibarra, así como el contenido del mismo, gracias a la inclusión del inventario manejado por Alejandro Ramos Folqués, aspecto que detalla en la tesis.

EL INVENTARIO DEL MUSEO IBARRA[1]

Joan Castaño García


La impresionante tarea erudita de Pedro Ibarra y Ruíz (1958-1934), del que conmemoramos ahora el ciento cincuenta aniversario de su nacimiento, dio, entre otros frutos, el llamado Museo Ibarra. En él, el historiador reunió todos los testimonios materiales, documentales y bibliográficos que recopiló a lo largo de su vida para que sirvieran de base a la gran Historia de Elche que había proyectado con su hermano por parte de padre Aureliano Ibarra y Manzoni (1834-1890).
La mencionada colección de antigüedades que tenía instalada en unas salas de su propia casa, en la calle Conde de Elche, fue visitada y elogiada por estudiosos, investigadores y curiosos. La prensa local destaca alguna de estas visitas, como las del catedrático Odón de Buen (1906), de el ex ministro Juan de la Cierva (1922), de un centenar de alumnos de la Escuela de Comercio de Alicante (1923), del erudito valenciano Nicolau Primitiu Gómez (1924), del escritor Mariano Roso de Luna (1925), de la escritora argentina Angelina Bescos (1926), del Duque de Alba, Presidente de la Real Academia de la Historia, con el Marqués de Rafal y José M. Sierra, Marqués de Arneva (1928), etc. Sin embargo, los ilicitanos, más preocupados por la prosperidad económica que por la cultural, no tenían mucha consideración por la obra de Ibarra. Un buen resumen de la mentalidad de la época al respecto son las palabras de un Concejal de los años veinte, que refiriéndose a esta colección, manifestó: Eso no sirve para nada[2].
En la segunda década del siglo XX, cuando Ibarra ya había cumplido los sesenta años, se detectan en la prensa local algunas iniciativas destinadas a asegurar el futuro de su colección. La primera que hemos localizado es de 1922 cuando a propuesta del Gobernador Civil de Alicante se constituyó la Comisión Provincial de Monumentos, formada por todos los académicos alicantinos: Pedro Ibarra, Cristóbal Pacheco, el general Miguel de Elizaicín y el canónigo Elías Abad, de la Real Academia de la Historia y José Guardiola, Vicente Bañuls y Oscar Esplá, de la de Bellas Artes. Esta comisión inició los trabajos para constituir un Museo Provincial donde incluir todas las colecciones locales. El mismo Ibarra, que veía en este proyecto una buena solución para su propio museo, ya que no se fiaba de la voluntad ni de los medios de los ilicitanos, fue el encargado de redactar el proyecto que fué sometido a la Academia de la Historia. En el planteamiento quedaba bien claro que las diferentes colecciones locales se expondrían por separado, sin mezclar unas con otras, precaución que servía para evidenciar el origen de las piezas y mantenerlas inseparablemente unidas con el nombre del pueblo de procedencia.
En Elche la propuesta no fue bien aceptada. La rivalidad histórica Elche-Alicante hacía que el proyecto se viera como un expolio que la capital provincial hacía del patrimonio histórico ilicitano y eso a pesar de la implicación directa de Ibarra –del que se hablaba como posible director del nuevo Museo–, que tenía puestos los ojos en miras más elevadas, ya que no tenía herederos familiares ni intelectuales que siguieran su trabajo. En algunos círculos locales, liderados por el tradicionalista José Pascual y Urbán, entonces Diputado provincial, se intentó solucionar el problema proponiendo que el Ayuntamiento de Elche concediera a Ibarra una pensión vitalicia para que se dedicara completamente al estudio y la investigación y después de su muerte, que su colección se transformara en un museo municipal. A pesar de que a esta iniciativa se adhirieron las sociedades culturales locales Blanco y Negro, Coro Clavé y Popular Coro Clavé, Pedro Ibarra, después de una larga vida de trabajo en solitario y marcada por las incomprensiones de sus conciudadanos, asistía perplejo e incrédulo a esta campaña, Contestó públicamente con un artículo de prensa donde, con palabras cargadas de ironía y amargura, indicaba que él era muy consciente de las consecuencias de su decisión de sacrificar su existencia al estudio del pasado ilicitano, precisamente en una ciudad muy materialista. Y rechazaba la propuesta de recibir una pensión porque ¿Puede tomarse en serio lo de la pensión vitalicia para un hombre que no es un gandul, que no está inútil para el trabajo y que aún puede ganársela?[3].
En los años siguientes, las dos iniciativas mencionadas siguieron debatiéndose. Nuestro personaje se decantaba por el museo provincial al considerar que un museo en Elche no tendría ningún futuro, que no veía en la ciudad ninguna persona dedicada al estudio que pudiera continuar su labor y, sobre todo, que Todo mi ser, toda mi labor de cuarenta años, no puedo, ni debo, ni quiero dejarla a merced de de quienes, por ignorancia o malicia, destruyen en cuatro idas y venidas un estudio arqueológico que solo con no cuidarle se deteriora y pierde.[4] En Elche, por el contrario, se creó una comisión municipal destinada a negociar la compra de la colección por la propia ciudad.
La decisión de la Diputación de materializar el paso de la colección Ibarra al Museo Provincial en 1927 desencadenó en Elche una fuerte polémica que podemos seguir en las páginas del semanario Elche, órgano escrito de la federación de Sociedades en Pro de la Cultura, que intentaba , sin éxito, unificar esfuerzos y evitar la atomización de las sociedades culturales ilicitanas. La federación criticaba duramente la salida del museo, lo que representaba un despojo de nuestra riqueza artística y apelaba al ilicitanismo de Ibarra para que este consintiera en vender su colección al pueblo de Elche. Es más, insistía en el interés de crear un museo municipal bien contando con Ibarra  o bien sin él, si por obcecaciones que, aunque lamentables, son dignas de respeto, no quiere aportar la colección que él y los ilicitanos han reunido en su domicilio[5].
Finalmente, Pedro Ibarra, que en esta última etapa de su vida evolucionó hacia posturas más conservadoras, no tomó ninguna decisión sobre el futuro de su colección, que continuó bajo su exclusiva responsabilidad. Después de su muerte, el 8 de enero de 1934, el Ayuntamiento de Elche acordó manifestar el sentimiento por su pérdida, organizar un homenaje en su memoria y, a propuesta del Concejal Agulló Soler, hacer las gestiones pertinentes ante la viuda para evitar la desaparición de su colección de antigüedades.
Un año después, el Alcalde Joaquín Santo García rendía cuenta de las gestiones hechas para que el Museo de Ibarra pasara a ser propiedad municipal. En concreto, se había propuesto la creación de una asociación denominada Amigos del Museo Ilicitano que estuviera a cargo de mantener abierta al publico la colección mencionada. La viuda de Ibarra, Isabel Martínez Nadal, estaba dispuesta a ceder el museo a cambio de una pensión vitalicia equivalente al sueldo que nuestro personaje había cobrado en vida por su cargo de archivero-bibliotecario municipal. La mencionada asociación se dedicaría al fomento, la conservación y el desarrollo del museo y estaría formada por el Alcalde de Elche como presidente honorario, un Vicepresidente que actuaría como presidente efectivo y un conjunto de vocales en representación de la Comisión Provincial de Monumentos, del Instituto de Segunda Enseñanza de Elche, del cuerpo de Sanidad, del de Abogados, del (de) Magisterio, de las sociedades obreras y patronales, de las sociedades culturales y de la prensa local, así como algunas personas particulares de probada afección a la historia y las antigüedades de la ciudad, como era del caso de Asunción Ibarra Santamaría –hija de Aureliano Ibarra–, Manuel Pomares Ibarra, Leopoldo Gonzálvez Serrano, Juan Orts Román y Alejandro Ramos Folqués. Los recursos económicos de esta asociación, que nunca llegó a funcionar, estarían formados por las subvenciones oficiales, por el importe de las entradas para visitar el museo y otros lugares notables de Elche y por la venta de publicaciones. Los amigos del Museo se comprometían también a editar obras inéditas de Ibarra y a solicitar ayudas para hacer excavaciones arqueológicas en la ciudad. La corporación, al mismo tiempo, decidió que la plaza de archivero-Bibliotecario, que tenía una asignación anual de 3.000 pesetas, se incrementara en otras 2.000 y que llevara unida la tarea de arqueólogo y conservador del museo, cosa que pone de manifiesto la voluntad de mantener abierto el Museo de Ibarra, convertido a hora en Museo Municipal[6].
El primer paso fue la confección de un inventario de la colección con el fin de poder firmar el correspondiente documento de cesión. La redacción efectiva la llevaron a término Juan Orts Román y Julio Ramón Segrelles por imposibilidad de los otros dos comisionados: Leopoldo Gonzálvez Serrano, que estaba enfermo, y Alejandro Ramos Folqués, que se encontraba opositando fuera de Elche. Los redactores del documento, que se conserva en el expediente municipal sobre el Museo, se basaron en el manuscrito de Ibarra Catálogo del tesorillo de un amante de su pueblo, fechado en 1911, que recogía la descripción de los objetos del Museo hecha por el mismo historiador. Sin embargo, este original quedó en manos de la viuda  sin que actualmente esté localizado, como tampoco lo está la copia de trabajo que se hizo. Por eso actualmente nos resulta imposible conocer detalladamente la composición del museo y solo podemos tener una idea aproximada de su alcance general a partir de este inventario –que por su interés, reproducimos en el apéndice fina– complementado por las descripciones publicadas por Pedro Ibarra en su libro Elche: materiales para su historia (Cuenca, 1926), como es el caso de la colección de cajas con fragmentos cerámicos o la parte de su biblioteca dedicada a libros relacionados con Elche.
Las exigencias burocráticas, como la petición a la viuda de un documento notarial que probara su condición de propietaria legal del  Museo, y la falta de recursos económicos, hizo que los tramites se alargaran sin que se llegara a hacer efectivo ningún pago de la pensión estipulada como precio de compra. Y el estallido de la Guerra Civil en julio de 1936 dejó totalmente aparcado el asunto. No se tomó ninguna decisión ni por las autoridades municipales ni por los herederos de Ibarra que desestimaron algunas ofertas de compra por parte de instituciones extranjeras como el Instituto Arqueológico de Berlín, del que había sido Pedro Ibarra soci ab epistulis desde abril de 1897.
En junio de 1939, Alejandro Ramos Folqués, que había sido nombrado archivero municipal terminada la guerra, propuso que se otorgara a Isabel Martínez la pensión que se había aprobado en 1935 y que el Museo de Ibarra pasara definitivamente a manos municipales[7]. El Ayuntamiento estudió los antecedentes documentales del asunto y el mismo Ramos Folqués presentó un informe donde, a partir del inventario hecho en el año 35, se había comprobado el estado de la colección,
Comprobación que ha dado resultado satisfactoria, pues entre los nueve mil objetos que aproximadamente integran las diversas colecciones que forma el museo, hemos podido comprobar que allí subsisten objetos y libros que en el mencionado escrito se expresaba no habían sido encontrados y entre ellos merecen mencionarse las monedas de Plotina, Julia Domina y Constantino I, así como dos monedas de oro de los emperadores Honorio y Teodosio, cuatro incunables de gran valor y otros libros no relacionados en el escrito de referencia.[8]

Sin embargo también se hacía constar la desaparición de otros objetos que constaban en el inventario, como dos monedas árabes de oro –Ramos indica que podía tratarse de un error, por consignarse en el inventario como árabes y no como romanas–, algunos folletos y libros de poca importancia y dos recipientes ibéricos de La Alcudia que se habían roto al caer la leja de madera en el que estaban situados.
El interés de este informe, del que quedo enterado la Corporación en la sesión del 5 de julio de 1939, es evidente: la dociumentación oficial pone de manifiesto que, salvo unos pocos objetos, el Museo de Ibarra se encontraba intacto desde la muerte de su creador y ello pese a las penurias económicas pasadas por su viuda, agravadas por los efectos de la guerra. Es decir, que la pérdida y la dispersión de objetos de la colección solo cabe atribuirlos a la misma intervención municipal como veremos a continuación, y como presagiaba y temía el mismo Ibarra.
El Ayuntamiento, a la vista de la documentación referida, gestionó el traspaso del museo, autorizó el pago de 7.500 pesetas a Isabel Martínez a cuenta de las pensiones que se le debían, y en diciembre del mismo 39 se tomó el acuerdo oficial de adquisición del museo[9].
Es precisamente a partir de este punto cuando se inicia un proceso de degradación y abandono del museo que le haría menguar y acabar con su unidad. Según testimonio de los familiares de Ibarra, ya que no hemos encontrado otra documentación al respecto, las salas de la casa en que estaba situada la colección fueron inicialmente precintadas y posteriormente se volvieron a abrir al público a cargo del municipio. Sin embargo, desde la muerte de Isabel Martínez, en 1946, la casa fue vendida por sus herederos, lo que obligó a vaciarla. Los documentos y libros se repartieron entre el Archivo y la Biblioteca Municipales y las antigüedades fueron empaquetadas en cajas y almacenadas en sucesivos locales donde padecieron la incuria del tiempo, los efectos de la humedad y el menosprecio de los responsables: una casa en la Calle San Isidro, la casa de las Palomas en el Hort del Colomer o Parque Municipal, de donde hubieron que ser sacadas a toda prisa momentos antes de su derribo, porque nadie recordaba la presencia de las cajas del museo y, finalmente, el semisótano construido a la entrada del mencionado Parque de este lugar, donde se hizo una primera exposición dedicada a la figura del historiador ilicitano, pasó a los almacenes del Museo Arqueológico Municipal, instalado en el Palacio de Altamira y convertido en el actual MAHE.

(continuará)




[1] Original publicado en valencianocatalanobalear en La Rella nº 21, p. 141-157. La traducción y aligeramiento de contenido de las notas es responsabilidad del autor de la entrada. En consecuencia para cualquier uso académico se recomienda volver al original citado.
[2] Respecto a la colección de antigüedades de D. Pedro Ibarra y su  evolución, V. Els germans Aurelià i Pere Ibarra...
[3] Pedro Ibarra. Vivamos en la realidad..., Nueva Illice, 20-V-1923
[4] Pedro Ibarra. Carta abierta, La Defensa, 2-VII-1925
[5] El Museo Illicitano. Elche, 27-XI-1927
[6] AHME. Plenario del 30_1-1935
[7] AHME, Interesando la creación del Museo Municipal y que se conceda a..., Sig. 170/50
[8] AHME. Informe sobre el Museo de D. Poedro Ibarra Ruíz y acuerdo recaido, Sig. 170/61
[9] AHME. Plenario del 22-XII-1939

Las fotografías se han tomado del blog http://blogs.ua.es/pedroibarraruiz/


lunes, 20 de enero de 2014

Homenaje a las voces blancas de la Festa: Los ángeles del Misteri

He decidido prolongar mi debate interno para decidir la entrada de hoy cortando por lo sano: entre comentar la marcha de las excavaciones frente al Mercado Central en la Plaça de Dalt o dedicar una entrada al penoso estado de la conducción de aguas dulces del Obispo Tormo en nuestro término o emparejar las fotos que tengo del entorno de la Casa de les Taules en las inmediaciones del Pantano preparando una visita próxima y unos cuantos proyectos  más, al final me he decidido por lo más entrañable, un vídeo de las voces blancas de la Festa que recomiendo. 

¿Tiene niños?. Póngale el vídeo, vale la pena; lo mismo si tiene nietos. Y si no tiene también, véalo. Y si ya lo vio no importa, vuelva a recrearse porque en definitiva son la mejor embajada de la Festa. Y un montón de cosas más.




Direcciones de descarga / visualización: 


Por cierto, si alguien quiere ver el vídeo completo del Misteri, además de los brillantes enlaces de la Web del Patronato, también se puede pasar por aquí:
Foto de la Santísima Trinidad en (el artículo de Mari Angeles Sánchez también es interesante):


Pd.: Gracias Javi por pasarme el enlace. Tengo que pasar por la web del Patronato más a menudo. En su estado actual el acompañamiento videográfico es impresionante. Como sugerencia, además de las que ya hay, excelentes, deberían haber galerías de fotógrafos de postín, porque son una cita obligada.